Especialmente hoy acá, a ustedes que leen, que a veces agradecen, que a veces comentan esta botella al mar.
Lecturas
Aman odiar
La música que no les gusta, la gente que no se les parece, los textos que no entienden, en nombre del buen gusto, de la razón, de dios y sus santos, del mercado y del prestado, de sus penas y desgracias,
Una astilla como horizonte
De cegueras y distancias están hechos los quiebres y los quebrados. Después se le puede echar la culpa a cualquier cosa: los malos, los tontos, los mercados internacionales, la radio o la televisión.
Cuando sopla el viento
Es como un anuncio de lo que está viniendo. Y sabe el pecho, el medio del pecho, nido, casa, guarida, madriguera de los sentimientos.
Desempolven la épica, poetas
Vean cómo amanece, primero el verbo, con la plegaria que pide y pidiendo crea, las manos al cielo, los pies en la tierra.
Un cielo
Donde cada quien tenga a su gente querida, a sus patios, a sus tías, a sus almohadones de besos.
Lila
En su semblante, el orgullo de que existiera un pequeño rincón en el mundo donde las ideas se pudieran tocar.
Cómo no confiar
Una vieja ordenando las compras y donaciones del merendero, una cooperativa repartiendo las herramientas y los billetitos, una reunión de orga vecinal, una directora usando un micrófono que anda mal.