Por Luciano Debanne.
Hay memorias cortas y memorias largas.
Hay memorias yutas y memorias transas.
Hay recuerdos tuyos que capaz no alcanzan.
Hay músicas viejas, para nuevas danzas.
Hay tumbas en tierra y tumbas en plazas.
Hay muertes que sólo se velan con marchas.
Hay rostros que vuelven como fantasmas,
y olvidos que duelen porque nunca sanan.
Hay memorias hondas y memorias planas.
Memorias bandidas y memorias canas.
Hay recuerdos nuevos para viejos sueños.
Y viejas recetas, con sus nuevos dueños.
Hay tumbas que están hechas de andanzas,
y el barro de siempre complicando la cancha.
Hay muertos bien muertos que no terminan de morir
y vidas bien vivas que no se dejan extinguir.
Y rastros profundos que no desaparecen,
sembradas sus raíces allí donde pertenecen.
Hay memorias breves que al final se olvidan
y memorias que te acompañan toda la vida.
Hay memorias que andan
y memorias quietas.
Hay memorias vivas,
aunque las quieran muertas.