Con permiso

Bailar

31-01-2021 / Con Permiso, Lecturas
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A veces uno mira gente por la calle y de sólo verlos andar, ya más o menos te das cuenta si hace mucho que no baila.
Porque pisa el suelo así nomás, pesado, como sin querer volar.


Bailar

Por Luciano Debanne.

Foto: Celeste Egea.

A veces cuando uno baila se sacude la gravedad, como los perros las pulgas, y entonces se aliviana el cuerpo y es como si casi uno quisiera querer volar.

Y más baila, más cae a los costados de uno.

Y más se te llena de aire el pecho que es un globo que empieza a despegar. Si hasta ves las patas que medio se separan del piso.

Pero eso es más cuando uno baila movidito. Porque bailando así sabroso es como que se cae todo el peso más.

Y por eso si hay alguien cerca que no está bailando se lo ve todo pesado, digo yo, porque le va cayendo encima todo el peso de los bailarines de alrededor.

A veces uno mira gente por la calle y de sólo verlos andar, ya más o menos te das cuenta si hace mucho que no baila.
Porque pisa el suelo así nomás, pesado, como sin querer volar.

Hay otras cosas que uno también puede hacer para que pase lo mismo, lo mismo esto de casi como querer volar, pero hay que hacerlo como si fuera bailar.