Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com
¿Tendrá sentido hacer el Anuario esta vez? ¿Serán oportunas las invitaciones? ¿Cuánta energía queda para enviar cientos de invitaciones, una por una, después de haber detonado el promedio de horas frente a una pantalla por efectos múltiples de una pandemia? ¿Cuánta predisposición habrá del otro lado para escribir sobre un año que desmanteló todos y cada uno de los planes? ¿Cuánto resto quedará para recibir cada texto, leer, corregir, ordenar imágenes y vínculos a una plataforma, en fin, lo de siempre?
¿De dónde tomarse cuando la suma de vivencias sugiere dejarse llevar por el desánimo? Acaso de una frase que soltó alguien, alguna vez: «cuando no tenés ganas, importa el convencimiento.»
No se trata de soltar todo. Nadie suelta todo. Alguien, en otra edición, dijo: «Somos músicos porque no podemos dejar de serlo». ¿Cómo podría alguien dejar de ser lo que es por soltar aquello que lo impulsa por vaya a saber qué entramado de circunstancias, por aquello mismo que no puede soltar?
Se trata a veces de sostener, por convencimiento, sabiendo, porque pasa todos los años, que más temprano que tarde cada lectura le habrá dado sentido al propósito de dejar un registro.
¿Cómo no hacer el Anuario del 2020? Cada texto recibido lo justifica. Ahí vamos.
Gracias como siempre.
Anuario Musical 2020
Anuario Teatral 2020
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