Con permiso

Palabras

5-01-2020 / Con Permiso, Cultura, Lecturas
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El bien decir y sus correctores como método de discriminación, de deslegitimación, de anulación. La dominación y su piel de silencio, de ausencia de palabras. No habría que asustarse de los mestizajes.


Palabras

Por Luciano Debanne.

Pasa que nombrar es reconocer, es comprender, es crear, por eso cuando un tipo se ríe de los que usan palabras raras o cuando un pibe expresa su mundo con tres o cuatro adjetivos nada más, medio que da pena.

Pero ojota, no en un sentido elitista, todo lo contrario… La dominación tiene piel de silencio, de ausencia de palabras. Callate, o hablá como hablo yo, que es casi lo mismo.

La dominación y la muerte, por eso los guardianes del orden y las instituciones tienden a consagrar un idioma oficial, a cerrarlo, a tornarlo inamovible, impoluto, limpio. Y ahí están los pequeños funcionarios, las damas de la beneficencia y los guardianes ad honorem de museos, censurando a los que no hablan como en el diccionario, por derecha y por izquierda.

Por eso los pobres, los negros, los cagados, inventan todo el tiempo nuevas palabras a partir de las viejas, porque no les queda otra: inventar o condenarse al silencio. Así que sale ese vomito de lunfardo y libertad, arrabalero, limítrofe, fronterizo; entre ser parte y que te hayan dejado afuera. Palabras para existir frente a los que te quieren cagar, reprimir, hacer desaparecer

Nada nuevo, ya sé, lo dijeron tantos… Pasa que acá en las redes hay tanto corrector del bien decir como método de discriminación, de deslegitimación, de anulación.

Qué se yo, a mí me parece que no habría que asustarse de los mestizajes, de los intercambios. Al contrario, no sé… Dicen que los perros que son cruza viven más y aguantan mejor.

Es que nos siguen faltando palabras para decir tantas cosas que siento que quizás deberíamos hacer un mayor esfuerzo por ver qué nombran los otros, qué de eso sirve para entendernos, y qué palabras nuevas tenemos que inventar.