Por Luciano Debanne.
Frente a la pregunta, enorme,
angustiante,
en tanto desconcierto,
en tanto pregunta política
en el sentido más profundo;
frente a la desesperación de preguntarnos:
¿Qué hacer?
Yo diría,
cuiden a los suyos.
Cuiden a los suyos.
Porque la respuesta cabal
a ese mandato,
llevará a la respuesta primera.
¿Quién soy?
¿Con quiénes?
E inmediatamente después,
llevará a cuidar de otros,
distintos, ajenos,
porque somos,
necesariamente,
oigan bien,
necesariamente anudados.
Ustedes quizás me digan,
en estos tiempos de ahora mismo,
que cómo eso servirá eso para ganar elecciones.
Tienen razón.
Posiblemente no.
Probablemente no.
Seguramente no.
Aun así,
yo diría: cuiden a los suyos.
Y entonces la tarea de fondo es
construir esa definición:
¿Quién soy?
¿Con quiénes?
He ahí la primera elección.
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Y entonces la tarea es ordenar, llevar donde falta, repartir donde sobra. Sembrar flores para que hasta los bichos más pequeños hagan también su tarea minúscula pero imprescindible en el polen.
Nuestro andar
Canción, palabra, llanto, susto poderoso de los miserables y los indolentes, sol y sombra, insolencia nueva, valiente grito de plaza y caña, garganta estallada, santa patrona profana de la dignidad.
