
Por Luciano Debanne.
Siguen siendo nuestras las preguntas que pusieron a andar las primeras rondas.
Siguen siendo hoy. Y nuestras.
Las nuevas preguntas viejas hechas otra vez.
A pesar de que giran los gobiernos, y las cosas cambian; y a veces, a veces mejoran.
Y a veces no tanto.
A pesar de todo siguen nuestras preguntas girando su necesidad, su necedad.
Siguen siendo nuestras las preguntas.
Y los rostros cambiantes en su detención.
Y los recuerdos congelados a la fuerza por la empalizada del olvido que nos tiran encima como un manto, para sofocar el fuego.
Nuestras las preguntas y nuestra la sangre que ya no está.
Ovillada en el recuerdo, exiliada hacia la duda, a la búsqueda, al destierro.
Huesos girando sobre el rulo de la historia.
Nuestras las preguntas, nuestros los rostros, nuestra la voz.