Por Facundo Martínez | fmartinez@redaccion351.com
Fotos: Facundo Martínez
En un primer plano, la visita de Cristina Fernández de Kirchner a Puerto Madryn se debió al homenaje a los combatientes y caídos en Malvinas. Ahora bien, no hay que dejar de observar que la Presidenta, tras su llegada, logró aunar a (prácticamente) todo el Justicialismo de Chubut, el cual mantiene algunos recelos y rispideces dentro del Partido puertas para adentro. Incluso, como era de esperarse, tanto los sindicalistas como los referentes políticos aprovecharon la oportunidad para hacer flamear las banderas de apoyo y -de paso- ir marcando terreno para las elecciones internas del 11 de agosto y las elecciones a diputados nacionales en octubre.
Tras conocerse la noticia de que Cristina Fernández de Kirchner visitaría la Ciudad del Golfo, varios fueron los preparativos que comenzaron a disputarse ante la llegada de la Primera Mandataria. Por un lado, todo lo relativo a la seguridad y a la puesta en escena. Esto disparó los primeros roces con la ciudad de Comodoro, que hasta último momento pretendió que la Presidenta llegara hasta la localidad petrolera. “No se enojen los de Comodoro, que andaban cabreados porque no había ido para allá. Qué tontería”, estacó Fernández de Kirchner.
En este plano, lo más trascendente fue que gran parte de los combatientes decidieron migrar hacia los actos de otras ciudades, tras conocer que los únicos oradores serían el Gobernador Martín Buzzi y Cristina Fernández de Kirchner.
Aún así, Buzzi informó por un programa radial local que hubo “un malentendido” entre los veteranos de Chubut y ceremonial de Nación y, por “expreso pedido de la presidenta Cristina Kirchner”, estaban invitados a “ser los oradores del acto oficial” pues “las puertas están abiertas”.
Cabe destacar que la fundamentación de la elección de Puerto Madryn para realizar el acto fue, ni más ni menos, que el hecho de que el primer desembarco de los soldados tras finalizar la guerra fue en la ciudad de las ballenas.
Guiños y gruñidos
Ni bien Cristina hizo los saludos de despedida, y mientras la gente que había llegado desde Trelew, Gaiman, Dolavon y Comodoro Rivadavia, emprendía la retirada, los principales analistas políticos comenzaron a afinar el lápiz de las conclusiones.
En primer lugar, la Presidenta les bajó “el copete” a los funcionarios nacionales y provinciales del Chubut y sin esfuerzo los concentró a los principales referentes del Justicialismo de la provincia patagónica, quienes viven una momentánea tregua de cara a las elecciones. Para ser más precisos: el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Norberto Yauhar; el Gobernador Martín Buzzi; Carlos Eliceche, antiguo adversario de Buzzi, pero que hoy es su Ministro Coordinador y Ricardo Sastre, quien le arrebató a Eliceche la intendencia de Puerto Madryn.
“Es bueno que los argentinos estemos unidos. Cada vez que nos hemos dividido, han venido por nosotros y más tarde o más temprano, las grandes mayorías, las inmensas mayorías argentinas pagaron muy caro esa desunión y esa confusión que muchas veces introducen en nuestras cabezas. Así, creemos que el otro, porque está en un lugar político diferente o tiene una tez diferente, es un enemigo”, resaltó Cristina con la voz un poco más percutida, y de inmediato agregó: “Les pido a todos, en honor de esos argentinos, que sin pedir nada entregaron todo, que cada argentino, cuando mire al costado o al frente, si ve a otro argentino, vea a un hermano con el cual hay que superar las diferencias, con el cual hay que coincidir en lo importante. No hace falta que pensemos todos igual. No hace falta ser exactamente iguales, eso no pasa en ninguna parte, ni siquiera dentro de una familia”.
Más que internas
Mientras Cristina Fernández de Kirchner va agorando entrelíneas que no se postulará para el 2015, los funcionarios, no solo del Chubut, sino de todo el país, apuestan todas las fichas al 11 de agosto, momento en el que comenzará a vaticinarse de qué modo se forjarán las elecciones presidenciales en el 2015. Entre otras cosas, se preguntan a dónde y cómo se irán acomodando ante la emergencia de referentes que estén menos o más cercanos al kirchnerismo.
Aún así, ante las especulaciones políticas la Presidenta sigue deslumbrando con sus discursos, logra apelar a la emotividad de los concurrentes e incluso, varios manifestantes piden silencio a sus compañeros para escuchar qué dice la Mandataria.
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