» Ana Prada presenta «Soy otra» redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

A ver Anita de nuestro corazón, criaturita del señor dios cordero de dios hijo del padre. ¿Qué vamos a hacer con vos? ¿De qué color tendrían que ser los ruleros que deberíamos atarnos para que nos mires con un poco de piedad, amorosa nuestra? Si nosotros hemos hecho todo, todo, pero todo lo que pudimos para que seas así, linda, simpática, buena. ¿Por qué esa cosa de ponernos los puntos y dejarnos así, como gallos cascoteados? ¿Eh? Decinos un poco… ¿Qué necesidad?

Ya de entrada nomás te nos retovaste… «Soy sola». ¿Cómo es la cosa? Que la noche te presta el poncho, que te lavás la piel con la luna, que vas y venís descalza, que no tenés tiempo de ver quién llega. Hay un «usted» ahí que parece un pobre perro mojado esperando que termines de bailar en plena madrugada… Después nos espiás a ver si nos desaparecemos y nos convertimos en «otra» estatua de sal. ¿Dónde está la primera estatua de sal que nos dejaría a nosotros la posibilidad de llegar a ser «otra»? Vení, ¡vamos a buscarla! Y al final, como para sacudirnos las pestañas, con unas cuerdas y unas maquinitas, «Yo no tengo soledad». Así, contra el desamparo del mundo. ¡No tenés soledad porque estamos nosotros! ¿No cierto que porque estamos nosotros? ¿No?… Oh… Si nos dijiste cosas tan lindas… Bueno, en «Tentempié» nos comemos todos los amagues. Que la pasión y el sacrificio, que siempre soñaste con nosotros, que te despertaste pero seguías dormida… Lindo arranque para que te sigamos la corriente… Igual, chochos nosotros de correrte para el mismo lado.

Hacete la linda nomás…

Y después pensamos, «ya se va a serenar, va a usar esa voz perfecta que tiene, con esa pronunciación increíble que, pensamos, por ahí no es frecuente (cuántas veces no entendemos parte de una letra porque, en algunas voces, la pronunciación de un verso parece un estornudo), y se va a peinar un poco y nos va a decir que nos quiere un montón y que las libertades se le van a subir por los pies pero al derecho, y la vamos a tener así, de la manito, sosegada, mansa como el agua mansa.» ¿Y qué nos viene a decir? «Soy pecadora». Ah listo. Muy lindo todo. Vos maldita, ¡vos! La que nos abrillantó el agua, ahora sos una perra, madre y dueña de todos los pecados. ¡Y encima te enojás con nosotros! ¡Estamos usando tus palabras! Mirá, ¿sabés qué? Comprate un volante y manejate. Andá por la sombra andá, y que te garúe finito. Pero vos podés concebir… ¡Quién se cree que es la desmayada esta de echarnos la culpa siempre a nosotros! Mirá querida, si te hacés la mala, hacete cargo.

Pero claro, siempre igual, como si no lo supieras. Con sólo un par de estrofas y ya nos tenés a todos comiendo de tu mano. Que te pusiste un vestido prohibido (porque te lo pusiste vos, vos te lo pusiste), que el cuerpo te pide trinos, que no salís de algunos de nuestros besos a no ser que los dejemos sueltos… ¿Cómo? ¿Nosotros te sacamos de contexto? ¡Vos nos enamorás y resulta que nosotros te sacamos de contexto!

¡Y ojo que te fuimos a ver siempre eh! Viniste al Salón de Actos, te fuimos a ver. Viniste otra vez, otra vez. Viniste con Teresa Parodi, presentes. Viniste con Yusa, presentes. ¡Asistencia perfecta! Nos enteramos que ibas a sacar música nueva y nos pusimos contentos. ¡Sí sí! ¡Contentos nos pusimos! ¡Nos jugamos asados tirando nombres para tu tercer disco. «Ya vas a ver -nos decíamos-, le va a poner ‘Soy tuya’; o incluso medio bajo protesta: Soy la que te quiere aunque me hagas renegar’; o ‘Soy de ustedes’, para que nos peleemos entre nosotros; o más simple: ‘Soy más linda que el dulce de leche con brownie’. Todo un mes adivinando para que finalmente… «Soy otra». A ver amorcito, pimpollito de jazmín, ricura de copo de nieve, pajarito cantor de la mañana estival, ¿cómo que sos otra? ¡Si hasta nos habíamos acostumbrado a tus vendavales! Por supuesto que todo cambia y el río de Heráclito y no hay dos jueves iguales pero, pero, aaahhh!! ¡Ya entendimos! «Sos otra» porque entendiste que el amor es simple y hay que disfrutarlo así, haciendo un poco de caso alguna vez, ¿verdad con T?, es decir, ¿verdat?

¡Qué alegría! ¿Vieron muchachos? Anita vino al pie. Vamos a ver de qué se trata «Soy otra». A ver un poco. Miren qué tapa más tranquila. Blanco, sin mayúsculas… Es una paz de siesta en Paysandú. Lo abramos… ¿Pero qué es esto? ¿Cuántas Anas hay? ¡Es un jardín de Pradas! ¡Se tiró el ropero encima! ¿Y ahora con cuál nos quedamos? Miren muchachos no sé ustedes, yo no puedo más. Se las dejo. Me voy con mi mamá.

Atendeme Ma… ¿Dónde estás? Atend.. ¿Hola Ma?, qué tal… Sí yo bien bah, más o menos… escuch… ¿Cómo? ¿Y cuándo lo compraste? No todavía no lo escuch… Sí, debe estar buenísimo pero vos vist… ¿Eh? Per… Per… Pero vos viste lo que hizo en las láminas? ¡Cómo que es un amor Má! Bueno bueno, desp… Sí por eso… Lo escucho y hablamos.

Hola muchachos. Sí lo que pasa que… A ver esperen. Pongan esa parte de nuevo… «Sigo buscando el amor, este es mi campito en flor, y lo comparto a mi modo, como puedo me acomodo, para darte mi canción». Ohh… ¡Es una dulce! A ver sigamos escuchando. «Cómo pude haber creído siempre que el amor es todo para mí, un estado tan fugaz. El amar es una trampa para conservar la especie, la verdad no nos vamos a escapar, y ahora entrada en los cuarenta me enteré, ¡y cambié!» ¡Y dale con Pernía! «…No me olvido de tu encanto, ¡qué sentimiento porfiado!, a mi cuerpo se ha amarrado…» ¡Nos va a enfermar! ¡Esta mujer nos va a enfermar!

Nos quiere, no nos quiere, nos quiere, no nos quiere. Hagamos el favor, pongamos otro tema. Éste a ver… «¿Quién te ha dicho a ti, que yo te quiero? ¿Quién te ha dicho a ti, que yo de amor me muero? ¿Quién te ha dicho a ti que yo te espero?» ¿Viste Ma cómo nos trata no? Y a ver este otro: «Quisiera ser la de antes, dejar que el sueño me lleve, y que en tus brazos me enredes, y que al oído me cantes…» La quiero Ma…

Bueno, a ver, porque estamos así, cómo diría la tía Titina, con los calores en la cucusa. Mientras nos sigas desojando margaritas y tirándonos los pétalos en las narices, te vamos a seguir amando. Vos seguí diciendo lo que quieras. Andá, divertite, hacete la sola, la mala, la otra, seguí sacando esos discos que tiran más que la grosería esa de la yunta que no vamos a decir, pero acordate. Por una vez en la vida acordate de esto que te decimos: vas a volver. Algún día vas a volver. No vaya a ser cosa que te veamos este jueves a la noche en Córdoba. Porque somos varios acá que estamos esperando que vuelvas, y oh casualidad, sacaste un disco y a lo mejor te llegás a presentarlo. ¿Ha visto? Había que esperar nomás. Va a haber mucha gente sí. ¿Y? No cambiemos de tema. Ya vamos a ver quién se desacostumbra de quién.

Aunque no sepas qué hacer con nosotros, y porque es tan lindo cómo nos lo decís, te queremos. «Otra» que te queremos.