» Ana Prada vuelve a Córdoba redaccion 351

Por Pablo Arietti | redaccion351@gmail.com

Da para otro cuento, porque ya está escrito, pero plantearemos, de manera reducida, una variante que tal vez merezca algún desarrollo: «la clonación espectante». Hay una forma de asistir, al mismo tiempo, a varios recitales. Hay que tomar una pastilla. Ah sí. Viene una pastilla. Que el lector descrea no sería un problema del redactor. El verdadero problema a cada lado del texto es otro: la pastilla es carísima. No tanto por el precio, que como se verá, puede variar, sino por la forma casi imposible de pago.

Paso a paso para los creyentes:

1 La solvencia de cada cual sabrá disponer billetes con la cara de la abanderada de los humildes.

2 Se dispondrá una panadería y una actitud que invalide cualquier atisbo de amistad con sus empleados.

3 Todos los días, se comprarán delicias a gusto y se pagará con un billete grande. Importante: siempre la misma panadería, siempre la misma respuesta: «No tengo cambio, disculpe.» Más importante: los billetes ajados se reciben con la frente en alto.

4 Tarde o temprano, la frecuencia de compra logrará completar la serie: un Mitre, un San Martín, un Manuelito, un Restaurador y un viejo cascarrabia. Importante: La espera de billetes nuevos anulará todo. Sólo el azar, hijo del capricho de la caja de la panadería, validará los próceres.

5 Quien logre completar la serie llegará a la Cañada. Sobre la baranda del margen elegido, cada billete se doblará en forma de avión puntudo. Para estudiar modelos se puede recurrir aquí. Una vez logrados, se irán arrojando de a uno, comenzando por la abanderada de los humildes, hacia el margen opuesto. Billete que no cruza anula todo. Vuelta a la panadería. Todo de nuevo desde el principio. Habrá quienes den la vuelta para juntar los billetes que hayan pasado. Servirán para otros menesteres.

6 Consejos innecesarios: muéstrese agradable, de miedo o lástima en la panadería. Trate de provocar un sentimiento lejano a la indiferencia que mueva a recibir papeles firmes. Si entendió que no se pueden elegir los billetes y la serie que toca es la que toca y no se puede intentar con una serie distinta a la que dictamine el azar, entenderá que un Mitre ajado es la ruina.

7 Busque tramos de la Cañada con tipas más bien introvertidas. Avión enganchado en una rama anula todo.

8 Si puede esperar, espere días de viento, aunque no le sirva de mucho. En Córdoba predominan los vientos del Sur y del Norte, justo como la dirección de la Cañada. No llega el Zonda ni la Sudestada…

9 Si la fortuna llega antes de la quiebra, los seis aviones habrán atravesado la Cañada. En el inicio del texto figura el contacto para consultar el domicilio de entrega de la pastilla. Vamos juntos.

10 Muy importante: Haga oídos sordos a quienes se presenten como paladines de la cordura o pretendan denunciar redactores que inventan patrañas y se esconden debajo de un puente a esperar avioncitos malogrados.

Mientras tanto, habrá que elegir y cada decisión por un recital mutiplicará la ausencia en tantos otros.

A ver este viernes. ¡Opa! ¡Ana Prada!

La vimos una vez, otra vez y otra. Cuando vino a presentar «Soy Otra», su último disco, nos metimos con los nombres de sus discos y con las letras de sus canciones para jugar un poquito.

Como cuando se ve llover o como cuando hojeamos de atrás para adelante una revista de gente famosa mientras nos cortan el pelo, un recital de Ana Prada es un dejarse estar, pero que no falla, porque hay cada corte de pelo… Siempre hay un amigo que te ve y te pregunta si agarraron al peluquero o sigue prófugo. Siempre que llueve, la contemplación dura lo que un poco de tabaco.

En cambio, una cantante con temas como «Tu vestido»; «Brillantina de agua»; «Tentempié»; «Mientras tanto»; «No te podría quitar»; «Camalotes sueltos»; «La del Tata», y «Vuelve a casa», por nombrar algunas de sus varias obras repartidas en su trilogía solista y en su disco con Teresa Parodi, pero además, con una forma de vivir su recital como una amistad con el púbico a partir de su música, es un placer asegurado para que los amigos que no fueron pregunten, antes que por el flequillo, por la sonrisa.

Una de tantas.

Hay que tener ganas de andar diciendo que Ana Prada es una artista consagrada, una referente de la nueva canción latinoamericana, una autora que se ha ganado el reconocimiento de artistas de la talla de y que ha compartido escenario con grandes músicos como. Bueno. Con las ganas de hacer que sus discos suenen en reproducción aleatoria basta y sobra para ir a la panadería y volver cantando cualquier estribillo, preparar la merienda, revisar las noticias, enterarse de que vuelve a Córdoba y buscar con quién ir.

Ya estamos. Es este viernes a la noche. Ana se presenta junto a Ariel Polenta en piano y Juan De Benedictis en guitarra. En el inicio, No Sé Si Da, un lujo de nuestra ciudad, integrado por Rubén Ordóñez y Bren Coll.