Por Luciano Debanne.
Y de repente medio que te da vergüenza estar contento.
Medio que es un chotada comprar los regalitos de Navidad, o ver el tema de las vacaciones.
Mirá, hasta medio que decís con vergüenza que no, que a vos no te despidieron; que sí, que probablemente el año que viene seguís laburando.
Hasta el ‘probablemente’ suena… Que sé yo, cómo que la pegaste, ¿te das cuenta?
Y te da miedo hacer la contrapregunta: «¿Y vos?»
Te da miedo porque hay una chance grande de que el otro ande como el culo, o que no tenga para comprarle el regalo al pibe, o que ni ahí se pueda ir de vacaciones. Te da miedo porque puede que lo hayan despedido de alguno de sus trabajos, o de todos, o del único. O que no tenga ni idea cómo carajo va a hacer el año que viene.
Y entonces medio que te da vergüenza andar así muy contento, porque es de miserables la jactancia, porque medio que te jode que no todos puedan andar contentos, justo ahora, con esto de las fiestas…
Y hasta te da pudor tener laburo, te da pudor tener vacaciones.
Pero todos tendríamos que tener laburo, todos los que quieran al menos. Es tan obvio, y sin embargo…
Me cago en la mierda loco, me cago en la mierda… Todos merecemos vacaciones, ¿entendés?