Con permiso
Un sueño
Con la tibieza y el olor del cuello de la persona que se ama. Con la consistencia de una masa leudada, lista para hornear. Que se sienta como lo que sienten los labios cuando besan un cachete que sonríe.
Por Luciano Debanne.
Yo quisiera un sueño con la consistencia de una masa leudada, lista para hornear.
Que se sienta al tacto como si tocara la carnecita de la oreja, como lo que sienten los labios cuando besan un cachete que sonríe.
Yo quisiera un sueño de niño aupado, un sueño de bracito colgando.
Un sueño con la tibieza y el olor del cuello de la persona que se ama. Con la bienvenida que transmite el pecho amante en medio del deseo.
Y quisiera que al despertar el sueño sueñe el mundo, y todo sea, y así quede; para acurrucarnos adentro como se acurrucan los pensamientos en la noche, al mirar un fuego.
Notas relacionadas
Esa condición inigualable de ser tierra y al mismo tiempo mano jardinera; cuidando lo que crece, y siendo, simiente, condición de posibilidad.
No alcanzan nuestras manos. No alcanza nuestra buena voluntad. No alcanzan nuestros cuerpos sumados de uno en uno en medio del remolino ígneo de la desigualdad.
Con su fealdad de deidad pedestre, magnífico, rugoso, eterno en su ida y vuelta del fondo de la tierra al charco efímero de la superficie.