Por Luciano Debanne.
Turno noche.
El ruido lejano de coches.
Los grillos cantando allá afuera.
Se prendió el motor de la heladera.
Un perro durmiendo enrrollado.
Tres viejas jugando a los dados.
Turno noche.
Un portero leyendo el diario.
Un mina corriendo con miedo.
Un chabón doblado del pedo.
Unos nenes durmiendo en la calle.
Una anécdota contada en detalles.
Turno noche.
Dos amantes entrándole duro.
Una pisada con mierda en el suelo oscuro.
La música al palo en el depto del nuevo.
Un mensaje de texto: chupame bien un huevo.
Una gata gimiendo en el techo.
Una guardia con dos nenes golpeados.
Una estudiante comiendo restos de helado.
Turno noche.
La patrulla pasando despacio.
Una peli en Netflix sobre el espacio.
Hay gritos pero suenan lejanos.
No hay estrellas en el cielo
cuando el patio está iluminado.
Notas relacionadas
Mirarse el ombligo, hoy
Esa condición inigualable de ser tierra y al mismo tiempo mano jardinera; cuidando lo que crece, y siendo, simiente, condición de posibilidad.
Un mundo incendiándose
No alcanzan nuestras manos. No alcanza nuestra buena voluntad. No alcanzan nuestros cuerpos sumados de uno en uno en medio del remolino ígneo de la desigualdad.
