Por Luciano Debanne.
A veces me maravillo de tu sonrisa en este mundo tan feo.
Me maravilla ese destello impertinente capaz de encandilar, de llenar de luz todo, como brillan los huesos por sobre la muerte en medio de la noche.
Me maravilla lo descarado de la inconsciencia que implica sonreír en este páramo, rodeados de lobos, y cadáveres, y cosas pudriéndose, como estamos.
A veces descanso en tu sonrisa, como un náufrago aferrado a los restos de la tragedia, que flotan porque son tan pequeños, tan livianos, tan intrascendentes, tan llenos de nada, que ni la tormenta puede con ellos.
A veces tu sonrisa irracional y pequeña me alcanza como todo argumento y rindo a sus pies mis pesadillas, mis reflexiones, mis presunciones más terribles.
A veces me maravillo de tu sonrisa, ahí estampada, como una proclama, como una declaración, como un afrenta, como un tajo oxigenando la sangre ensombrecida de este mundo tan feo.
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Un mundo incendiándose
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