La barca no era barca. Era un pájaro solitario, inquieto, glamoroso, soberbio.
¿Su pecado? Haber creído ser una barca.
Quizá porque algún nómade lo vio pasar demasiado rápido. Quizá fueron sus fugaces aleteos que no lo perpetuaron.
Quizá fue el autor que lo tituló bajo otro nombre con lapiceras ya cansadas.
Quizá fue el lector que jamás entendió aquellos papeles empapados de incoherencia.
Quizá.
Texto: Agustina Pessio
Licenciada en Publicidad, escritora, aventurera del insomnio y amante de palabras que colorean vacíos. Autora del libro Cartas transparentes de una mujer con tintas. +info: Soplos de inspiración
Ilustración: PomPôm
Ilustradora autodidacta enfocada a la literatura, integra la Editorial La Tía Producciones, desayuna té con miel. Autora del libro de comic We love Ela. +info: Pom Pôm sabía dibujar