Con permiso

Prendido fuego

16-01-2022 / Con Permiso, Lecturas
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Dejando huellas chamuscadas donde no va a crecer de nuevo el pasto, ni las alfombras para limpiarse los pies, ni el blanco de los mosaicos de oferta, ni el ladrillo de la galería.


Prendido fuego

Por Luciano Debanne.

Camino por la casa prendido fuego, incendiando todo a mi paso, mi pelo, mi compu, mis libros, la ropa y el perro.

Dejando huellas chamuscadas donde no va a crecer de nuevo el pasto, ni las alfombras para limpiarse los pies, ni el blanco de los mosaicos de oferta, ni el ladrillo de la galería.

Viendo cómo se derriten los vidrios de las ventanas y de las pantallas, cómo se derrite todo el plástico de todas las cosas, y los hielos de la heladera, y el reloj.

Y se chamuscan las plantas, y estallan las macetas de barro, y el agua hierve en los caños y en las canillas rojas. Y el aire se vuelve sofocante, viciado, voraz.

Y se convierten en ceniza los almanaques con sus anotaciones ahora ilegibles, y la tinta de las lapiceras se desparrama inutilizable y burbujeante, y se mezcla con el fenólico blanco del escritorio hasta convertirse en una sola cosa manchada e indescifrable, llena de cables negros llagados y pegados, mostrando su tripas hechas de otros cables, rojos y azules, con el dorado del cobre al aire, todo sometido al calor.

Camino por la casa prendido fuego, y se me desarman en las manos los pequeños e inútiles baldes de agua, los vasos y las regaderas que fui dejando cerca por si esto llegaba a suceder.

Camino por mi casa dando vueltas como una salamandra enorme y mitológica y encerrada. Y es como si me tiraran nafta cada vez que me asomo afuera para ver qué podría hacer.