Con permiso

Odio

25-07-2021 / Con Permiso, Lecturas
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No reconoce dueño, ni le es fiel a ningún señor, como un fuego que responde a sus propios designios y avanza según variables que soplan más allá de cualquier control. A veces quema a quien lo encendió.


Odio

Por Luciano Debanne.

El odio es una bestia desbocada.

Nunca es mansa, aunque a veces se la vea sumisa. Aunque a veces parezca comer de la mano de algunas personas.

No reconoce dueño, ni le es fiel a ningún señor, como un fuego que responde a sus propios designios. Y avanza según variables que soplan más allá de cualquier control. Y a veces quema, que es un incendio que abrasa a quien lo encendió.

Hay quienes lo invocan en las noches en que se sienten débiles y acorralados. Atacados. O fríos, congelados, perdidos en la oscuridad. O simplemente vulgares, comunes, mortales.

Porque como el fuego, el odio luce y da calor. Da sensación de poder y aleja inmediatamente a los pusilánimes, que son como una maleza, asfixiante.

Pero es una bestia desbocada, el odio. Un bestia que incendia sin barreras, especialmente cuando son tiempos de sequía, cuando está todo reseco el horizonte, de tanta falta de amor.

No hay que convocar al odio. Es siempre un error.