Astilla

Magnolia

3-11-2022 / Astilla, Lecturas
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Dicen que dicen que como medicina ancestral sabe curar el corazón y la inquietud. Su corteza puede perderse en la altura y sus flores llegan a estar un mes abiertas, perfumándolo todo.


Magnolia

Por Garba.

En ese paréntesis que nos dejó la peste, enfrente de donde vivo, del otro lado del río, una mujer joven con su hijita alquilaban una casa pequeña, que tiene aún hoy, en medio de su jardín, un inmenso árbol de magnolias.

Sus flores en lo alto, siguen siendo de los pájaros y del viento.

Cuentan que en la China se le llamaba la flor del emperador, que era símbolo de pureza por su blancura y de respeto y aceptación a quien el emperador se la regalara.

Dicen que dicen que como medicina ancestral la magnolia sabe curar el corazón y la inquietud.

Su corteza puede perderse en la altura y sus flores llegan a estar un mes abiertas perfumándolo todo.

Llegando un verano se dejó de ver movimiento en el lugar.

Se notaba que las plantas se secaban en sus macetas.

Supe que la mujer joven había muerto allí y que a la niña se la llevaron el mismo día del suceso.

Todo un misterio de razones y un silencio se apoderaron de la casa que permaneció vacía con un cartel de venta bajo su nombre.

Alguien venía regularmente a cortar el césped y barrer las flores marchitas.

Así hasta hace poco.

Una noche volviendo del centro vi luces de velas saliendo por el ventanal de la parte de atrás.

Días más tarde, nuevas vasijas grandes de terracota, un sillón en medio de la galería y murmullo de mudanza, aunque no hubo camiones estacionados en la cuadra.

Una hamaca de colores vivos se mueve a la siesta, mientras una perrita chascona ladra mezclada en una risa de infancia a las corridas.

Me alegró saber que volvía a ser habitada por otra familia que no logré ver, pero que sentí llegar.

En la verdulería, de carambola, me encontré a la señora que vive al lado de la casa de las magnolias y se me ocurrió comentarle: ¡qué bueno que volvimos a tener vecinxs!

No me contestó, pareció perturbarle mi comentario.

Salimos del negocio y recién en la ruta me dijo:

La casa sigue vacía.

¿Usted también escucha los ladridos, la risa de niña y la voz de la madre cantando a la noche?

lunaaaa lunaaa luna llena menguante…