Con permiso

Una épica

3-11-2019 / Con Permiso, Lecturas
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Que pueda decirse silbando, o tarareando sin darse cuenta. Una de reuniones y asados, y mingas, y plazas, y esquinas, y piletas, de patas en el río, de charlas hasta tarde, de vacaciones y oportunidades.


Una épica

Por Luciano Debanne.

Quizás debamos escribir una épica.
Una épica nueva, no militante, no politizada, no gubernamental.

O, para decirlo mejor: tan militante, politizada y tan desde un gobierno popular, que no se le note. Que no deba decirlo todo el tiempo, cantar las marchas al terminar las reuniones, pedir el voto, atar las ganas, cuidar el culo, hacer las señas al saludar.

Un épica que pueda decirse silbando, o tarareando sin darse cuenta, mientras uno camina hasta la esquina a comprar las milanesas y el pan.

Una épica que te deje andar tranca, con soltura, dar las batallas con el músculo relajado, una épica que te deje descansar. Que sirva para recostarse en ella como en una hamaca y esperar que pase el cadáver de tu enemigo, muerto de odio, de verte gozar.

Una épica de reuniones y asados, y mingas, y plazas, y esquinas, y piletas, patas en el río, charlas hasta tarde, vacaciones, oportunidades, sobre sueldos y aguinaldos, chupinas y hoy no vamos porque es feriado nacional.

Una épica que no se asiente en el esfuerzo y la tarea y el deber; una épica que aspire a una pequeña, colectiva, cotidiana, profunda, física, masiva, sensación de felicidad.