Con permiso

Lluvia

29-07-2018 / Con Permiso, Lecturas
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Apura el paso ahí donde todo era pendiente, lo ralentiza donde era cuesta arriba. Anda, siempre anda. Se detiene sólo donde hay algo que llenar.


Lluvia

Por Luciano Debanne.

Ríos de lluvia en la calle, bordeando el cordón.

Ríos y ríos de lluvias, de noches lluviosas, de lluvias anteriores, antiguas.

Ronrronea el agua de esquina a esquina. Por ahora bordeando el cordón, contenida. Por ahora. Ríos de lluvia.

Ríos sucios de aceite, de tierra, de basuras, de barquitos de papel, de cartas viejas que alguien tiró, abolladas. De cascotes.

Llueve, y la lluvia después de caer, indiferente, del cielo se acomoda a la tierra, a las imperfecciones del terreno.

Apura el paso ahí donde todo era pendiente, lo ralentiza donde era cuesta arriba. Anda, siempre anda. Se detiene sólo donde hay algo que llenar.

Ríos de lluvia, lagos de lluvia donde antes había sólo un agujero, un bache, algo roto.

Llueve y la lluvia unifica, tapa, completa, quizás redime.

Ríos de lluvia. Que después de llover ya no son lluvia, son agua nomás, agua sucia hecha ríos en calles sucias.

Pero es agua de lluvia, y entonces no es igual. Porque mientras vemos que corre, manchada, mezclada de mugre, de restos de humanidad, de civilización, de barbarie, seguimos reconociendo allí a la lluvia, a todas las lluvias que nos mojaron, a todas las lluvias que vimos caer.

Llueve y eso nos confirma que no todo está dicho, que aún es posible que todo se inunde de nuevo, nuevamente, novedosamente.

Que donde no había nada, de repente, es posible que corran ríos de lluvia, otra vez.