Con permiso
La lluvia y su promesa
Y es que, aunque los vendedores de pasado en envases nuevos, los encuestadores de lo existente y la evidencia de lo visible digan lo contrario, se desenvuelve de la semilla al mundo algo que no existía.
Por Luciano Debanne.
¿Qué cosas estarán germinando bajo el invisible manto de la lluvia que todo lo riega?
Y es que, aunque los vendedores de pasado en envases nuevos, los encuestadores de lo existente, las conservadoras de doble beso y doble moral, y la evidencia de lo visible digan lo contrario, se desenvuelve de la semilla al mundo algo que no existía.
Nace un futuro alimentándose de los desechos del presente y del pasado que se mineralizó.
Silencio, dejen hablar a la lluvia y su promesa.
Sientan como, inaudible, crece el tallo con su porvenir atronador.
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Esa condición inigualable de ser tierra y al mismo tiempo mano jardinera; cuidando lo que crece, y siendo, simiente, condición de posibilidad.
No alcanzan nuestras manos. No alcanza nuestra buena voluntad. No alcanzan nuestros cuerpos sumados de uno en uno en medio del remolino ígneo de la desigualdad.
Con su fealdad de deidad pedestre, magnífico, rugoso, eterno en su ida y vuelta del fondo de la tierra al charco efímero de la superficie.