Con Permiso

La frontera final

21-11-2021 / Con Permiso, Lecturas
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Más de la mitad de los chicos y las chicas son pobres, y de nuevo, otra vez, cuando todo se rompe, hay una vieja, hay una mina, en la última línea, cubriendo con sus manos el hambre.


La frontera final

Por Luciano Debanne. 

Más de la mitad de los chicos de Argentina son pobres y eso es una ofensa.

Y ahí, en la última línea, hay una vieja, también pobre, hay una mina, también pobre, peleando un plato de comida en un comedor social.

Más de la mitad de los chicos y las chicas son pobres, y de nuevo, otra vez, cuando todo se rompe, hay una vieja, hay una mina, cubriendo con sus manos el hambre.

Cubriendo con sus manos el hambre, otra vez. Otra vez.

Y aunque levantemos nuestros votos como banderas y posteos, y aunque discutamos con los titulares y los parientes gorilas, y aunque tengamos nuestros afiches con Evitas capitanas y Che Guevaras, y aunque nos indignen las editoriales golpistas de la radio y la televisión, y nos alegren los triunfos de los nuestros como si fuera un campeonato: lo cierto es que al final del día hay una vieja, una mina pobre, rogando en las oficinas gubernamentales y en las empresas benevolentes, que por favor le tiren unos pesos, unos paquetes de harina, un pan dulce.

Lo cierto es, aunque nos duela, que nuevamente la frontera final es una vieja o una mina, sirviendo un mate cocido lleno de azúcar en un comedor social. Y un snack donado, o un pedazo del pan que se puso a amasar.

Lo cierto es que más de la mitad de los chicos de Argentina son pobres, y eso es una ofensa.

Y eso pasa ahora.

Ahora, nuevamente, la vida depende de una vieja, o una mina, en un comedor social.