Por Luciano Debanne.
Ayer pensaba que me gustaría volver a dedicarle un tiempo a la huerta. A regar, limpiar y permitir el sol.
A desmalezar y remover la tierra, a sacar la berenjena que ya se secó durante este descuido prolongado, y ver si aún puedo rescatar algunas semillas del fruto, aún negro, pero negro marchito, para cuando sea de nuevo tiempo de plantar.
Quisiera ordenar los pimientos que han vuelto a dar flor y frutos, atolondradamente, como negándose a la idea de que el momento de la cosecha quizás ya pasó, como renunciando a las imposiciones. Y podar los tomates porque se han empestado culpa del frío, de la falta del sol fuerte del verano, de esta lluvia que no para, de mi inacción.
A limpiar las acelgas, que sobreviven antiguas y perennes, para que aprovechen la luz del otoño y den tiernas anchas hojas verdes, y comestibles.
A revisar qué queda de la rúcula; e indagar, esperanzado, si la remolacha ha sobrevivido a mi desidia, aunque más no sea para aprovechar la dulzura fibrosa de sus hojas verdemoradas.
Quiero ver si planto las caléndulas que le compré a un pibe que andaba ofreciendo flores puerta a puerta, si las ubico donde sea mejor. Y quizás pueda arrimarle también a la huerta el cedrón de la maceta, que compré plantín en un supermercado, y que ya agarró.
He visto al pasar que la cebolla china se ha fortalecido en mi ausencia y ya ha ganado su lugar en la tierra. Y aunque quizás quedó mal ubicada, habrá que ordenar todo alrededor de su persistencia y su triunfo.
Ver adónde y cómo puede ser útil el purín hecho de las ortigas que arranqué hace un tiempo al desmalezar. Y regalarle al suelo compost hecho de paciencia, de los restos de los mates compartidos, de las papas fritas en familia, de la dieta con más verduras, de haber reservado hace un tiempo un rincón para aprovechar lo que parece desecho en estas épocas de sólo tirar.
Voy a volver a encargarme de la huerta, a pesar de estas mañanas otoñales que hoy nos arropan porque, aunque a veces no parezca, siempre es tiempo para la siembra, cuando se quiere sembrar.
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