Astilla

Galleta china

25-08-2022 / Astilla, Lecturas
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A la noche, cuando estoy por dejar para mañana los pinceles que compré en una feria del pueblo, una frase se me pega en la memoria y me pongo a pintar un cuadro grande de colores vivos, de pincelada cuidadosa.


Galleta china

Por Garba.

Llega por el río una botella. Se atasca entre las piedras. La levanto con la curiosidad de ver qué dice el papel que tiene adentro.

«Sostener lo que uno ama contra el desgano.»

Tiro la botella en el canasto de vidrios del barrio y quemo el papel en la chimenea. Me sabe a frase de galleta china, sigo con mis asuntos.

Pero a la noche, cuando estoy por dejar para mañana los pinceles que compré en una feria del pueblo, la frase se me pega en la memoria y me pongo a pintar un cuadro grande de colores vivos, de pincelada cuidadosa.

En él meto la botella o su reflejo, una parte de ese mundo ambarino que tiene el vidrio, los recuerdos, las ilusiones, algo que me gustó ver, un destello, un retazo de alguna tela de la casa de mi abuela, un colador, la mano de mi mamá llevándome al colegio, un tesoro, un viaje, otro, un amor, todo esto y nada de eso, dentro de una botella con una frase de bocado de la suerte en un papel asomando por el pico.

Y también la arena, el ladrido de los perros, los brotes que crecen, los escenarios y los aplausos, algún olor de primavera, las risas, mis amigxs cuando estaban vivxs y nos creíamos que la vida duraba para siempre.

En la cristalidad y entre sombras, como cada quien prefiera ver, porque los cuadros que logran ser ventanas al mundo ajeno son los que me interesan.

Y los días felices, claro.