Con Permiso

En otras palabras

26-04-2020 / Con Permiso, Lecturas
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El mundo siempre es tan reciente que muchas cosas carecen de nombre. Por eso nombrar es la tarea y la disputa: quién nombra y cómo.


En otras palabras

Por Luciano Debanne.

«El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo…» Así dice García Márquez casi al comienzo de Cien Años de Soledad.

Y medio que siempre es así, el mundo siempre es tan reciente que muchas cosas carecen de nombre. Por eso nombrar es la tarea y la disputa: quién nombra y cómo.

Y es que nombramos siempre con palabras viejas, o con palabras nacidas de palabras viejas. Como injertos. Mezclas nuevas a partir de raíces viejas y tallos jóvenes, y diferentes.

Todos los yuyos son iguales hasta que alguien le pone nombres diferentes, todos los bichos son iguales hasta que alguien dice gallina, caballo, perro. Todos las gentes son iguales, todos los países, todas las guerras, todos los amores, todos los dolores, todas las distintas formas de reír o llorar.

La disputa, la batalla, la guerra cuerpo a cuerpo, es por ver de qué gajo salen esas palabras nuevas, y en qué raíces se insertan. Cuál es el dedo que señala las cosas y desde qué dirección. Porque las cosas son a condición de ser nombradas.

Y sino miren a su alrededor y pregúntense quién le puso nombre a las cosas, de qué clase social eran, de qué edad, de qué países. Y quienes no nombran, ni son nombrados.

Quiénes no tienen quién les escriba, los escriba, o lea su escribir.

Parece una bobera esto que te digo, pero la política es eso; el resto es la administración de lo existente, cuestiones de contadores y escribanos, intercambios comerciales, tareas de mostrador.