Por Luciano Debanne.
Hay días gordos, y días flacos.
Hay días que son un banquete, y días famélicos.
Hay días que sanan, y días que son un desgarro.
Hay días lindos, y días feos.
Días que dan y días que quitan.
Hay días que vienen con lunas y estrellas y soles y nubes, y días que led.
Hay días que son una fiesta, y días carcomidos por el regular golpeteo de lo habitual.
Días que son un regalo, y días que son una ausencia.
Hay días que están poblados de conquistas y días que son una sola derrota.
Hay días que son un hallazgo, y días que mejor perderlos que encontrarlos.
Días nocturnos y días diurnos.
Hay días que quizás, días de ninguna manera y días menos mal.
Hay días perfectos y días pésimos.
Hay días y días.
Y está hoy, que ya es decir algo.
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Mirarse el ombligo, hoy
Esa condición inigualable de ser tierra y al mismo tiempo mano jardinera; cuidando lo que crece, y siendo, simiente, condición de posibilidad.
Un mundo incendiándose
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