Por Luciano Debanne.
Son como gotitas en la ventana, ¿o no Valeria?
Como gotitas de esas que se forman por el calor, por la diferencia entre el adentro y el afuera. Se van juntando ahí y algunas caen. Juegan carreras y se deslizan, hacen su camino, a través de otras gotitas incluso, arrasando, hasta juntarse con otras gotitas. Se amontonan.
A veces hasta gana una gotita que apareció después. Porque no es lineal. No es lineal. Ni el camino, ni los momentos, ni el modo en que nos transitan. Esas gotitas.
Son como gotitas en la ventana los años. A veces se quedan ahí, quietitas, y a veces arrancan y mojan, humedecen todo. Los años.
Seco es muerto. Es no arrancar más. No amontonarse. No transitar.
Seco es que afuera y adentro esté igual. Y en este mundo, así como está, mejor andar todo empañado.
Mejor así. Quién quiere andar seco si de la humedad nace la vida.
¿O no Valeria?
Notas relacionadas
Mirarse el ombligo, hoy
Esa condición inigualable de ser tierra y al mismo tiempo mano jardinera; cuidando lo que crece, y siendo, simiente, condición de posibilidad.
Un mundo incendiándose
No alcanzan nuestras manos. No alcanza nuestra buena voluntad. No alcanzan nuestros cuerpos sumados de uno en uno en medio del remolino ígneo de la desigualdad.
