Astilla

Brujo

30-09-2021 / Astilla, Lecturas
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Se saludaron y tras cruzar un living impecable con una cabeza de Buda Shakyamuni llegaron a una habitación pequeña y vacía.


Brujo

Por Garba.

Decía que cierta vez fue a un brujo. Le habían regalado una sesión y allí estaba atravesando el monte camino al hechicero ancestral.

Al llegar a las coordenadas se encontró con una casa lujosa, de forma de cubo del futuro, de cemento alisado, pero con olor a palo santo, glicinas en su galería lateral y piedritas negras en la entrada.

Salió a recibirle un hombre hermoso, un poco gringo para indio, de mostachos gruesos, sonriente y para sorpresa, una cara conocida, un comerciante del pueblo que le miraba con extrañeza cada vez que pasaba por su vidriera.

Se saludaron y tras cruzar un living impecable con una cabeza de Buda Shakyamuni llegaron a una habitación pequeña y vacía.

Le pidió que se acostara en el piso sobre una manta norteña y cerrara los ojos.

La sesión transcurrió en cuarenta minutos en los que pudo irse con el sonido de una música de tambores que salía del YouTube de una notebook.

Al final, sintió que alguien corría a su alrededor a toda prisa, y hasta le levantaba viento con sus pasos.

Al abrir los ojos, el hechicero estaba sentado en el piso a varios metros y no tenía signos de haberse movido de donde estaba.

Siempre estuviste allí?

Siempre.

El brujo hizo anotaciones y le dijo que el trance lo había llevado a una oscuridad que nunca antes había sentido y que no había podido rescatarle de ella. Que le daría una próxima cita sin costo alguno para terminar el recorrido porque en ese momento estaba descolocado, y debía dar por terminada la cosa.

En reiteradas ocasiones le dio turnos que luego canceló y no volvieron a verse.

Alguna gente lleva sobre sí una nube gris que le sigue a todos lados, otra tiene un volcán de lava roja, otra una galaxia de estrellas azules. Y otra, un hueco negro del que no puede ser rescatada, y que asusta hasta a los brujos comechingones.