Por Garba.
Hay gente que fluye,
que circula,
que sabe cómo ser parte
de esa parte del mundo
que se ocupa de hacerlo
más vivible,
más humano,
más fácil,
más amigo.
No soy de esas personas
(gracias por pensarlo por cortesía o por reflejo).
Puedo ser muchas cosas
pero no soy la pieza
que resbala el mecanismo.
Me atoro y atoro
el agua que corre.
Capaz porque mi manera tan rebuscada,
tan dramática,
tan de novela venezolana
sea lo que hace falta para que a veces
nos detengamos o le peguemos la vuelta
a la piedra en el camino.
Y para alimentar la risa.
Y la exageración.
Hay gente que tiene en su mirada
ese don de desatar los nudos de lana
y hacerlos ovillo.
Tengo la suerte de tenerlas cerca.
Me miran la vida y me ayudan a correrme del conflicto.
Me miran con ternura y me ofrecen soluciones que yo,
tan pava, tan actriz, tan afectada, no puedo ni imaginar.
Es un alivio saber que no estamos tan solxs
con nosotrxs mismxs.
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