Por Ana Cielo Sciascia | asciascia@redaccion351.com
Fotos: Damián Zanini
Por un par de horas salimos de nuestra «cabeza de departamento» y nos encontramos en el Abasto. La combinación de artistas, música, letra y público resultó ser una adictiva combustión en Refugio Guernica.
Nuevos y viejos seguidores de Pez llegan al lugar mientras Siete de Ocho, banda oriunda de Bialet Massé, junto a Segundo Nova musicalizan la previa. Como Pez no cabe en esquemas, sin manual de instrucciones, el concierto no se limita a la presentación de Volviendo a las cavernas y por lo tanto el repertorio comienza con temas de anteriores discos: «Rindiéndole cuentas a quién?», «Cabeza de departamento» y «Vamos».
En un silencio seco y con el lugar a oscuras, Ariel Minimal dice: «Es abrumador el momento en el que te das cuenta que perdiste», para así anunciar «De cómo el hombre perdió» y «Los interesante es por fuera». Enérgicos y potentes temas del último disco. Sonidos progresivos y rock pesado se intensifican con letras sobre tiempos de cambio, confrontación, revisión y un presente en reconstrucción.
La creatividad es desconcertante cuando entre solos y zapadas suenan incisivas y melódicas guitarras. Pez es lo que está siendo mientras lo escuchás, pero por las dudas Minimal pregunta: «¿Se entiende lo que tocamos y decimos? ¿Llega nuestra energía? Va implícito porque no tenemos ganas de hablar. ¡Mucho amor para todos!» Para recuperar energía «Y cuando ya no quede ni un hombre en este lugar» parece ser el pasaje melodioso y el descanso antes del terremoto progresivo y de los golpes de timón característicos. A los bifes, latigazos de personalidad, música y poesía, eso es Pez.
Muchos de los presentes en el público escuchan la banda en vivo por primera vez. El cantante lo confirma cuando les pregunta, entonces aclara: «Somos una banda confusa que está diciendo que está todo mal pero contentos de estar acá». Además, Minimal comenta que no van a grabar disco nuevo, pero sí editarían «Contra viento y marea», un box set conmemorativo de todos estos años donde incluirían discos, DVDs y un libro.
Los orfebres de la música continúan el repertorio con «Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar», «El hombre al que nada perturba» y «Respeto». El público se encuentra de repente en pasadizos progresivos inesperados, hacia abismales arrebatos en los momentos más heavy y hardcore, y en climas calmos en su instancia más melodiosa.
Entre pausas y temas el grupo afirma apoyar la despenalización de la marihuana y el autocultivo «para que dejemos de fumar de espalda y con pudor, no somos delincuentes», dice Minimal. A continuación, la lista de temas sigue con «Campos de inconsciencia». Los decibeles bajan con «Bettie al desierto», una armoniosa canción que da pie a que todas las almas sensibles y espíritus inquietos se potencien en el coreo de «Espíritu inquieto», «Existencialismo» y «Fuerza» uno de lo temas más pedidos.
Sonidos de distorsión sólidos y directos movilizan al igual que sus letras. Expresan un mensaje metafórico e implícito a la vez. Esta crónica es un relato de lo que quedó del concierto. Sin embargo, en «Introducción Declaración Adivinanza» Pez expresa mucho mejor quienes son. En ese último tema declaran: «No tengo nada que ver con tu idea del rock». Por eso, no quiero convencerte, las palabras son una reducción. Queda abierta la invitación a escuchar en vivo el estallido de composiciones consistentes y a perderte en un laberinto poético.
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