Lecturas

Cuento de la señora, la tía y el señor que al final era policía

Cuento de la señora, la tía y el señor que al final era policía

Y todos los policías, perros, bomberos y soldados se la llevan en una camioneta negra, sin patente, a un lugar que nadie sabe.

Celeste cerúleo

Celeste cerúleo

En sus bordes hay un fuego, que con el ave, estaban dando vueltas por los incendios que nunca pasan de moda.

La primera elección

La primera elección

Frente a la desesperación de preguntarnos: ¿Qué hacer?

Cicerón

Cicerón

Con el tiempo logré adivinar, en los gestos del bibliotecario, algo parecido a la alegría cuando me veía llegar, tan sapo de qué pozo, cargada de rollos de papel o vestuarios extravagantes.

Selva o huerto

Selva o huerto

Y entonces la tarea es ordenar, llevar donde falta, repartir donde sobra. Sembrar flores para que hasta los bichos más pequeños hagan también su tarea minúscula pero imprescindible en el polen.

Pasar letra

Pasar letra

Entre el texto escrito, conversado, definido, jugado, puesto en tensión, y su dicho, pueden pasar rondas y rondas de amargos, dulces, con yuyos, en jarrito, de calabaza, en porongo, de madera.

Nuestro andar

Nuestro andar

Canción, palabra, llanto, susto poderoso de los miserables y los indolentes, sol y sombra, insolencia nueva, valiente grito de plaza y caña, garganta estallada, santa patrona profana de la dignidad.

Truman

Truman

Te hicieron creer que necesitabas resguardarte y que era mejor no mezclarte nunca con las multitudes. En tu mundo no hay multitudes, ni mesas de discusión, claro.

Furibunda esperanza

Furibunda esperanza

Entren cantando al cuarto oscuro, a las tareas del día, a la espera de las cifras, a los nervios de final, a los resultados cualquiera sean. Miren a sus hijos, a sus parejas, a sus amigos, a su familia, cantando.