Por Luciano Debanne.
Que trabajen los robots, a mí denme los feriados.
El locro, el vino tinto, o clavarse un buen asado.
Un tiempo para leer y uno para discutir,
y pelear con un ameo cuando se pasó de gil.
Y después meta abrazo, no seas tan perejil.
Que trabajen los robots, y que no haya más empleados.
L-Gante en el parlante, fernecito o pritiado.
El solcito de la siesta y tranquilito el escabio.
O amargo y pastafrola, si es que pinta más calmado.
Que trabajen los robots, a mí dame el aguinaldo.
La familia, meta charla, si estás viejo para el bardo.
Con wachines dando vueltas, rompiendo las pelotas.
Y pendejos que se quedan aunque ya están en otra.
Que trabajen los robots, todo el mundo jubilado.
Vacaciones, pelopincho, arenita y pelota
La casita alquilada en algún lugar serrano
y rascarse el mondongo con esta mano, y esta otra.
Que trabajen los robots, yo prefiero estar echado.
Escuchando en el spoty los temitas más pegados.
Viendo cosas en el YouTube,
Stalkeando en el IG o en twitter siguiendo un bardo.
Que trabajen los robots, a mí dame todos findes.
Para todes un salario, uno de esos que te rinde,
tiempo para andar flashando, poder estar en alguna,
todo el morfi asegurado del bastón hasta la cuna.
Que trabajen los robots, para eso fueron diseñados.
Yo prefiero la vagancia porque eso es más humano.
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