Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com
Fotografía: Facundo Martínez | fmartinez@redaccion351.com
Las elecciones del domingo confirmaron la tendencia general de votar a favor de los oficialismos. Así como en la mayoría de las provincias, donde ya transcurrieron los procesos electorales, en Córdoba se impuso el partido que lleva 12 años gobernando de manera ininterrumpida.
Esta intención de voto a favor de los partidos que están en el gobierno corresponde a una sensación de estabilidad por parte de la ciudadanía. Ante esta postura de los votantes, resulta muy difícil que los partidos opositores logren cautivar con sus propuestas y, de este modo, se reafirman los modelos establecidos.
El gran ganador
Luego de 4 años de ausencia en la vida política de Córdoba, José Manuel De la Sota logró imponerse con una considerable ventaja sobre sus competidores. Así, quedó demostrado el poderío político del PJ cordobés y de la figura del gobernador electo.
Para bien o para mal, el pueblo de Córdoba se mostró reacio a un cambio en la forma de gobernar y optó por continuar con “la estabilidad de la provincia”. En comparación con las elecciones de 2007, Unión por Córdoba obtuvo alrededor de un 10% más de votos. Esto demuestra una consolidación del espacio y un voto de confianza por parte de la población.
Sin duda, el partido conducido por Luis Juez sufrió un duro revés electoral. Si bien se mantuvo como segunda fuerza a nivel provincial, la diferencia con el oficialismo rondó el 12%.
Cabe recordar que en 2007 el Frente Cívico estuvo a punto de ganar la gobernación. En aquel proceso electoral, con sospechas de irregularidades, la diferencia con Unión por Córdoba había sido apenas del 1,5%.
Está a la vista que durante los últimos 4 años, en los que Juez se desempeñó como Senador Nacional, el Frente Cívico no logró mantener su fuerza electoral. Los acuerdos y rupturas con otras fuerzas, el coqueteo con el Gobierno nacional y el grupo Clarín, y la verborragia de su líder le jugaron una mala pasada a un espacio que perfilaba como opción al bipartidismo en Córdoba.
El Radicalismo mediático
La Unión Cívica Radical confirmó su tercer lugar en el reparto de las fuerzas políticas locales. Este espacio mantuvo, con pequeñas variantes, el porcentaje de votos que había alcanzado en 2007 el candidato Mario Negri.
Luego de estas elecciones, quedó demostrado que el radicalismo no logra sumar fuerza en la capital de la provincia, ya que del total de votos que obtuvo, el mayor porcentaje provino del interior. Este tercer lugar se suma a una serie de reveses electorales donde la UCR estuvo lejos de ser una opción de gobierno.
En consecuencia, este partido no logra despegar y su proyección nacional no parece consolidarse. La concepción del radicalismo como fuerza que puede disputarle el poder al kirchnerismo en octubre corresponde más a una construcción mediática que a la realidad de las urnas.
El papel de la Izquierda
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores se posicionó en cuarto lugar y logró mantener la banca de Liliana Olivero en la Legislatura. El resultado representa un impulso para el Frente de cara a las primarias del 14 de agosto. Esta fuerza, liderada a nivel nacional por Jorge Altamira, aspira a conseguir el 1,5% de los votos que le permitan participar de las elecciones nacionales de octubre.
La participación de una nueva fuerza
Por último, el partido Nuevo Encuentro, que a nivel nacional cuenta con referentes como Martín Sabbattella y Carlos Heller, participó por primera vez de una elección en Córdoba. Este espacio, que cuenta, entre otros, con referentes de organismos de Derechos Humanos y del mundo del arte y la cultura, obtuvo el quinto lugar en la carrera por la gobernación.
Hacia esta nueva fuerza se dirigió parte del voto kirchnerista que, a nivel provincial, no contó con candidato propio. Junto con Nuevo Encuentro, el Partido Intransigente y el Frente Unidad Popular y Humanista fueron los partidos que se presentaron a la contienda electoral apoyando abiertamente al Gobierno nacional.
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