Te Cuento

Valeria Peppino. «Loca»

15-09-2014 / Lecturas
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Seguimos acercándote cuentos de escritores ansiosos de ser leídos, para lectores ansiosos de leer.


Valeria Peppino. «Loca»

Por Valeria Peppino
Ilustración: Diana Nicodemus 

Loca, era tan loca que meó toda la vereda. Y cuando la gente la miraba ella sonriente les decía – sí, te mee la vereda a vos, que te morís de ganas de hacerlo y no podes, y ahora encima tenés que limpiar mi meada.

Loca, era tan loca que iba cantando por la calle y se reía de todos. De todos aquellos que nadie nunca se ríe porque tienen miedo. Esta loca no conocía el miedo… ni la vergüenza. Se le inflaba la panza para reírse de la inválida, lloraba por las carcajadas que le causaba el ciego. Loca.

Era tan loca que comía todo lo que tenía ganas de comer. Pasaba por un limonero y… cómo lo disfrutaba esa loca. Vomitaba de lo agrio. Veía una rosa y la arrancaba para saborearla. Hormiga que encontraba, hasta la garganta se la metía. Loca.

Estaba tan loca que nadie la entendía cuando se pasaba horas al frente de la panadería hablando y hablando (con ella misma). Gritaba y se retaba, lloraba y se perdonaba. No conocía el rencor. Loca. Pero transparente.

Sus hijos se avergonzaban cuando la veían correr arriba de los techos y gritar groserías a los vecinos. Era obscena. Para ella las cosas se llaman por su nombre. El gorreado es un boludo, la trola es una puta y el sexo es coger. O cogerse. Eso les gritaba a los vecinos. Qué loca estaba. Era sincera.

Así la amaba yo: transparente, sincera y risueña. Loca. Yo la amaba cuando era loca. Cuando hacía lo que sentía. Amaba mirarla por la ventana y escucharla gritar a través de las paredes. Amaba olerla llena de meada.

Ella logró hacerme sentir diferente. Ya no soy uno más. La conocí a ella, me interesé en ella, la ame. Yo pude verla. Ella era diferente. Ya no sé si la amo. Yo la amaba loca.

Ahora es igual a las demás. Mujer.