
Por Garba.
Cansada de que me dijeran que soy como la luna renuncié al piropo de ser satélite
y me nombré sol, que para antagónico tiene otras y mejores atribuciones.
-Lo que proponés no existe, salvo en los cuentos.
Muy bien, a mi juego me invitaron, puesta a contar, conté un cuento larguísimo sobre el principio de los tiempos y las cosas.
Contando me fui volviendo agujero negro, galaxia desconocida y hasta big bang.
Cuando la historia llegó a su fin (porque es necesario un respiro en un cuento de tamaña magnitud) volví por motus propio, por capricho o por costumbre a ser miga de pan, con la certeza de que a veces, a los huracanes también se les tuerce el remolino frente a alguien con este poder de expansión.