Astilla

Pelotón

3-03-2022 / Astilla, Lecturas
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Hace muchos años atrás hice una instalación mural. En una pared blanca puntos equidistantes y al medio uno remarcado en rojo. Abajo un texto que decía en letras de máquina de escribir ampliadas:


Pelotón

Por Garba.

Nuestra cotidiana es vivir bajo una lupa de peligro.

Así toda la vida.

Recuerdo que a los diez, yendo a la escuela, una mañana de invierno, un hombre de barba y adulto, se me acercó diciéndome como un secreto algo que ni entendí y me llegó a tocar el borde de la pollera tableada del colegio.

Me sentí tan culpable.

Tan sucia.

Hace muchos años atrás hice una instalación mural:

En una pared blanca puntos equidistantes y al medio uno remarcado en rojo.

Abajo un texto que decía en letras de máquina de escribir ampliadas:

PREPAREN  APUNTEN   FUEGO.

Soy toda carne de cañón.

Hace unos días una amiga pasó en el auto por el camino que va al dique al atardecer y me vio sacando fotos.

Me escribió preocupada que en el mundo en el que vivimos no podía darme la libertad de andar así. Que al verme se quedó muy angustiada sintiéndose una exagerada si me llamaba para ver si había vuelto, y es que me vio tan sola, tan vulnerable, tan presa fácil, tan carne de cañón.

Me acuerdo que en la inauguración de aquella muestra donde expuse la instalación mural un actor muy conocido me avanzaba con impúdica insistencia, y un pintor alto que veía lo que estaba pasando me dijo: Como reza tu pared, tenés la marca en la cabeza.

La obra se llamaba «Pelotón».