Astilla

Duendes

2-03-2023 / Astilla, Lecturas
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De niña pasaba y al verla imaginaba que ahí adentro vivían los duendes de los cuentos, que salían cuando nadie les veía.


Duendes

Por Garba.

En la mínima expresión de lo que podía ser una casa, siempre estuvo ahí.

Con su ventana redonda por encima de la pequeña abertura donde debería caber una puerta, junto al río, sola, con techo macizo.

De niña pasaba y al verla imaginaba que ahí adentro vivían los duendes de los cuentos, que salían cuando nadie les veía, que en el tronco añoso que había junto a su casita cortaban la leña con un hacha filosa, que usaban bonete de fieltro y tenían ojos grandes.

Que eran los mismos que hacían que las cosas se perdieran en las casas o aparecieran en otros sitios.

De todos los lugares del mundo, habían elegido morar allí, al pie del río, a metros de mi casa.

Cuando fue el desastre, cuando se desbordó el dique y se rompieron todos los puentes, la casa quedó sumergida casi por completo.

Apenas asomaba la punta de arriba.

En medio de ese marasmo, entre gritos y pedidos de ayuda, me los imaginé yéndose en una balsa hecha de troncos, agarrados con sus manitas regordetas, asustados, con el agua al cuello, fuera de toda fantasía.