Por Ana Cielo Sciascia | asciascia@redaccion351.com
Fotos: Facundo Martinez | fmartinez@redaccion351.com
Sábado 11 de febrero. Otra tarde de sol me encuentra tomando el colectivo directo al festival. Cuatro al Hilo de Córdoba suena en el escenario principal mientras llegamos a Santa María. Las 8 cuadras desde la ruta hasta el predio son eternas, sobre todo si, a contrarreloj, Hammer ya está tocando en el escenario heavy.
El acceso por la arboleda aquieta las ansias y calma el calor con su sombra y con el aire puro y fresco. Finalmente, ya en el escenario temático, escucho parte del show de la banda de metal-rock. En la edición 2012 del festival comparten escenario con Anthrax, de EE.UU., y grandes bandas nacionales: Malón, Logos, Horcas, entre otras.
Con 25 años de carrera, en la conferencia de prensa, Hammer reflexiona sobre Internet y las nuevas tecnologías: “Hay herramientas para que el músico pueda aprender y por eso la escena musical está en crecimiento. Hay muchas bandas que suenan muy bien y el nivel está parejo entre las bandas”. Comentan que aunque en situaciones el público no los acompaña, por una cuestión cultural, apuestan a seguir profesionalizándose.
Catupecu Machu, Las Pelotas, Skay y Ciro reúnen miles de personas, cada una con su referente o con gustos compartidos. La diversidad unifica en el momento de compartir música desde distintos modos de estar: en un frenético pogo, entre la multitud fuera del amontonamiento, o desde muy cerca de los músicos contra el vallado frente al escenario, estampados por los miles que buscan lo mismo, estar muy cerca.
En el interior del aeródromo de Punilla, la mezcla se expresa en diferentes identidades individuales y colectivas. El sábado, la fiesta Bizarren Miusik Parti al mismo tiempo que día a día Melisa Marmo junto a un grupo de jóvenes realiza una pintada colectiva de murales. Campañas como la del Boleto educativo gratuito y Un techo para mi país, presentes. Los chicos de La Luciérnaga venden sus revistas. No por casualidad la industria de las remeras se devora el logo de los músicos favoritos y la cara del Che, mientras las demandas sociales como la de Famatina circulan por el predio. El ponerse la camiseta no tiene límites ideológicos, ni preferencias estéticas, ni partidarias. A su vez las publicidades esponsorean el entretenimiento con el zamba y el toro mecánico.
En un festival de esta envergadura distintos cuestionamientos entran en densa relación. Los horarios de la grilla, quiénes participan, muchos excelentes músicos quedan afuera, así como otros tienen la oportunidad de participar. Después de todo, cada propuesta musical depende de la resonancia que logre. Y de las voluntades que tengan el interés de escuchar y conocer nuevas propuestas invisibilizadas o viejas propuestas olvidadas por la misma gente, por las productoras y por la prensa. ¿Cómo continuará?
Para ver las notas de los demás días ingresá aquí:
Día 1 viernes 10 de febrero: Cosquín Rock: “Tenemos algo para decir, no es la misma canción de 2 x 3”
Día 3 domingo 12 de febrero: Cosquín Rock: “Rompe el cristal para saber que podés hacerlo”
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