Alegría

Toch presentó «Amor Continental»

6-11-2014 / Crónicas, Crónicas a Destiempo
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El sábado 1 de noviembre, la banda estrenó los temas de su nuevo trabajo en Studio Theater. Crónica de una fiesta arriba y abajo del escenario.


Toch presentó «Amor Continental»

Por | redaccion351@gmail.com

Fotos: Naty Tonini.

¡Locura!… La Tigresa del Oriente… ¡Cómo quién habla! ¡El Chompi boludo! ¿Me eliminaste de los contactos?… Y cortate las uñas gil… O bloqueá la pantalla… Eso te pasa por andar con esos teléfonos más grandes que los bolsillos… ¿Eh? Perá que se corta… ¿Cómo?… ¡Ah! ¡Sí loco! No sabés… ¿Por qué no fuiste? ¿Te das cuenta cómo te tienen, no? Dejá, seguí así… Bue, cuchá, boludo no sabés… ¡Una maza las pepas que me pasaste! ¡Por fin pude ver con las dos cabezas al mismo tiempo! Por favor dale un abrazo a tu amigo. Ah, pasame el teléfono que le quiero preguntar si no tiene ningún efecto secundario. Nunca voy a entender cómo una pastilla para la tensión puede partirme literalmente la cabeza pero bue, ¡si hubiera sabido antes le afanaba un par de cajas a mi viejo que las toma hace veinte años! No sabés lo que fue el sábado con los Toch loco…

Viste que llovió todo el día… Bue, un fiacón, como cuatro pelis clavé… Almorcé como a las seis de la tarde. Me pegué un baño, pasé por la farmacia y me fui a Studio Theater. ¿Viste la placa que pusieron en la entrada? Cantó Gardel ahí, en 1914. ¡Joder! ¡Cien años pasaron! Aguantá, ¿cómo? No. Hacía una banda que no iba. Muy lindo la verdad…

 

…Y sí, pero boló, ¿vos pensaste que la gente no iba a ir por la lluvia? Ta fácil. ¡Hermoso se puso! El lugar lleno, discos y remeras para comprar en el hall, muchos amigos… Me crucé con el Chori, la Maru, la Nati, y después con el Gon, el César y la Eli. Te mandaron saludos… No, después me quedé ahí con ellos…

Ah cómo te gusta la gilada ¿no? Bue, te cuento. En un momento, antes de que arranque, me compré una cerveza y me senté en un sillón que había por ahí. Miré la hora y me zampé una pepa. Dejé el vaso en el suelo y me puse como para no cagarme un golpe si no hacía efecto. Ahí nomás prendí el botón como vos decís y bueno loco, cómo te puedo explicar. Me vi a mí mismo ahí, desparramado en el sillón, quietazo, las patas estiradas, el vaso en el suelo, nada… Me dije “la puta madre, en casa funcionó y acá no.” Bue… Me estaba por reincorporar digamos, por miedo a que alguien pensara que me había desmayado, ¡y no sabés! Antes de meterme en el cuerpo de nuevo, ¡vi que se me doblaban las gambas y que una mano agarraba el vaso! ¡Ahí nomás se abrieron los ojos posta digamos y de repente entré a ver con las dos cabezas! ¡Mi amor no sabés! ¡De repente tenía los ojos y las orejas duplicadas!

Un flash… Ahí nomás me levanté y me volví con los pibes, que no me dijeron nada. Por ahí pensé, “estos se van a dar cuenta de algo, capaz que estoy raro…” Nada… Mientras hablaba pelotudeces, como siempre digamos, con la otra cabeza, la voladora, me miraba tomar cerveza. Me di cuenta que no agarro bien el vaso. Boludo nunca me dijiste que agarro torcidas las cosas… Cuando vos agarrás olor a chivo con esas remeras negras gastadas que tenés yo te digo… Sos forro ¿eh?

Bue, cuestión que ahí estaba, medio mareado la verdad. Por ahí me debo haber zarpado con la cabeza voladora porque me distraje y le metí un codazo a una mina. Pasa que quería ver los Toch antes de que salieran al escenario. Me mandé ahí por los camerinos digamos. La alegría que tenían esos chicos. El Juan Pablo con una remera media gricesita de la banda; el Andrés con una blanca; el Martín contentazo, la NegraMarta Rodríguez que estaba más lindura que mirar los Thundercats con una Cindor y unos criollos del Amílcar, el Fede Seimandi tranquilo, charlando, y el Santi Bartolomé. ¿Viste que ese loquito parece Bras Pitt? ¿Eh? Ah pero suena mejor «Bras Pitt». La Eli dice que se parece más a Benicio del Toro. ¡E lo mismo! Si Benicio del Toro es Bras Pitt morocho! El Santi parece Bras Pitt boló… Encima clavó sombrerito… ¿Eh? ¿Cómo qué Amílcar? El viejo malondón que tiene la panadería ahí en Castilla entre Salamanca y Santander. ¡Si fuimos el otro día! El huevo que le pone ese viejo al laburo… Vas el primero de mayo a las diez de la noche a comprar pan y te lo vende recién sacado del horno…

 

…Y como te dije, harrmoso. La gente a los gritos todo el recital. Apenas subieron, un recibimiento… Arrancaron con el primer tema del disco nuevo, “Cóndor”. Antes del segundo tema no sé qué pasó que se murió un cable o algo así. ¿Vos te creés que los locos se pusieron nerviosos? ¿O que la gente se entró a impacientar? Nada. Una paz total. Estaba el Chicho Granja de sonidista, tocó un par de botones y de fichas y listo. ¡Ahí nomás me mandé con la voladora al escenario! No no… ¿Viste el ondón que tienen los changos estos? ¡Claro qué mierda no van a tener el ondón que tienen con la cara que les pone la gente que los mira! Posta vos vieras la gente… El Juan Pablo por ahí saludó, dijo algo así como “es una alegría enorme que hayan venido a vernos, no tenemos más que palabras de agradecimiento…” Eso, nada más… Y la gente una sonrisa… No sé, como que se dejan querer con una facilidad…

Ahí nomás siguieron con “Vuele”, y ahí andaba yo con la cabeza voladora, mirándome a mí mismo entre la gente moviendo los hombritos así medio haciéndome el jipi… Lo que aprendí que no tengo que hacer es cruzar las miradas porque me agarra un dolorón de cabeza de la san puta. Porque yo desde la cabeza normal sé dónde anda la voladora, aunque no la vea. Y si con la voladora le apunto a los ojos de la normal y con la normal le apunto a la voladora, me enquilombo y me duele todo. Más vale que cada cabeza se esquive.

Bue, ¿viste que la letra de “Vuele” dice “Vuele vuele vuele” todo el tiempo? Debe ser un homenaje al Pato Cabrera… ¿Viste cuando el Pato arranca con el primer golpe en cada hoyo? Apenas mete el viandazo con el palo más forzudo, se pone a mirar la pelotita allá lejos y le habla el culiado, le dice “Vuele… Vuele…” Como que la empuja… Es más, no le dice “Vuele”… “Güele” le dice. “Güele… Güele…” Para mí ese tema es para el Pato. Igual la gente toda bailando, las luces azules, el sonido de la bata bien potente. Un amor. Por ahí me le puse a mirar los dedos de Martín tocando el bandoneón… Culiáááá… Es muy difícil tocar eso loco… ¿Viste el otro día que vimos el documental ese del Flaco, que uno decía que la mano izquierda parecía una araña pollito por los acordes que metía? Bueno, las manos del Gordo parecen dos tarántulas esquizofrénicas… Tiene razón Juan Carlos Pelotudo, es un portero eléctrico eso… ¡Ez impozible!

… Por eso… Estuvo lindo además porque fueron mezclando con los temas del disco anterior. Tocaron por ejemplo “De andar como ando” y che, vos hubieras visto la gente… Por ahí el Juan dice “Qué emoción increíble estar acá en este lugar tan lindo! Espero que lo estén disfrutando. ¡Tenemos mucho más!» Y bueno los locos son medios multiinstrumentistas así que el Martín cazó el bajo, el Juan la guitarra y mandaron uno nuevo, “Y no me quiero ir” creo que se llama, uno que tiene una onda medio de atardecer que me hace acordar “Sonido de las ciudades”. Bue. ¿qué tocaron después? “Sonido de las ciudades”, con el Fede Seimandi en el bajo y la gente al final coreando el estribillo.

 

No me acuerdo quién fue que dijo que estaban presentando el disco nuevo y empezó a sonar el redo de la bata así tipo marcha y tocaron “Dónde ha de terminar”. Ahí me mandé al escenario de vuelta con la voladora porque hay una parte de la letra que no sé, parece un rezo viste, un deseo de fin de año, una cosa así, entonces pensé, «alguno va a entrar a mariconear». Me puse cerca de la silla roja donde estaba Martín con el bandoneón, esperando justo esa parte de la canción donde cantan bajito los tres, para picarle el boleto a alguna minita emocionada y de repente, relojeando, me descubro medio escondido atrás del Gon y del César, mariconeando como un gil. No si… Me encontré en una foto donde miro para abajo, como si estuviera anotando algo… Mentira, taba mariconeando…

¡Cuando levanté la cabeza apareció Edgardo! El Juan lo presentó como el que les enseñó a tocar y les compró los instrumentos o algo así. Después agradeció Martín y cantó “Punto ciego”, una de las nuevas, esa que me dijiste que te gusta por el bajo. Lo que pasa que no tiene bajo, tiene contrabajo, y en el escenario, tiene re-contrabajo de Fede, Fedito como le dicen los Toch. ¡Lo que lo aplaudieron al Gordo! Y pegado mandaron “Famatina”. En un momento Juan se puso a cantar con la mano en el corazón tipo como el Himno viste. Bue, ahí la gente se copó un poco más todavía. Por esa parte del recital me entraron ganas de que no se termine. Más o menos por el medio digamos. ¿Viste cuando arranca un recital? Qué se yo, tenés toda la lista de temas por delante, ni pensás en que se va a terminar. Cuando ya pinta el final bueno, querés que sigan pero sos consciente de que ya tocaron varios temas. No, acá, cuando terminaron “Punto ciego” y siguieron con “Buscando un corazón”, encima con un reggae bien Toch viste, bien con los tres metidos en sus instrumentos, ahí, justo ahí, pensé con las dos cabezas, “no quiero que se termine”.

 

En un momento el Juan se puso a bailar y quedó tocando solo la línea de bajo. Y cuando terminó, volvió a agradecer y presentó a la NegraMarta y al Santi Bartolomé. Y me acordé de vos y pensé que sos un gil que no fuiste, porque fue así como me dijiste cuando escuchaste “Te fuiste sin saludar”. Apenas arrancaron el trombón y la trompeta con la melodía, me pegué una vuelta por arriba de las cabezas de la gente y la mayoría tarareando. Pero después tocaron “Niña Rasta” y la cantaron más fuerte todavía! ¡Ya se la saben todos! ¿Viste la parte del tema viejo que le engancharon? Cuando sonó “Vino un guaso a casa se parece a Jimán*”, más de uno ya estaba como quería.

…Más vale! ¿Cómo no van a tocar “El colectivo”? Agradecieron a Flor Benassi, que hizo los dibujos del disco, tocaron “El colectivo” y “La Nebulosa”, que está buenísimo, es medio Pixies. Después dijeron que estaban muy felices y honrados y mandaron “Ciudades” y casi pegado “Naranja Lima” con la viola invisible que vos decís que tienen. De repente, le llovieron papelitos al Juan. ¡Te juro! Y sí boludo, si hasta ese momento los pibes no habían salido campeones, con la Negra Marta cantando “Pido que vuelvas”, listo, partido liquidado. ¿Viste la parte que repite pidoquevuelvaspidoquevuelvas-pidoquevuelvaspidoquevuelvas… Bueno, la segunda parte de esa parte digamos, donde Andrés mete la bata, foo, bailongo mal.

 

Cuando amagaron a irse, sacá la cuenta… Griterío pero griterío grosso eh? Tuvieron que volver, por supuesto. Ahí agradecieron al Pelado Fundun, al Gon y al César por ejemplo, unos grossos, a la familia, a nosotros, bue, a nosotros nos agradecieron catorce veces más o  menos. ¿Y qué podrían haber tocado de bis? Nop, esa no la tocaron; me largaba a llorar si tocaban “Cosas se han ido”… “¡Pore waso!” De repente, dos nenitas bailando en el escenario. Después le tiraron un beso a la madre que andaba ahí a un costado con una cara de felicidad, calculá la vieja, viendo el público que amontonaron los hijos. Si los habrá bancado de más pendejos cuando rompían las pelotas cantando “Me voy a la Serranita”. Y sí, la tuvieron que cantar, ahí subió de nuevo Seimandi, que estuvo en la banda cuando arrancaron. ¿Vos sabías? Yo tampoco.

 

Y bueno, terminaron con “La Serranita”, se subieron todos al escenario, hasta una mina embarazada que debe ser pariente, saludaron y chau. Pegué una última vuelta con la voladora para verle la cara a ellos y a la gente y la verdad, no sé quiénes estaban más contentos. En fin, me fui a fumar un pucho, seguía lloviendo, estaba el Txema repartiendo volantes de una joda en 990 así que la cosa habrá seguido por allá.

A todo esto, ¿vos qué hiciste?

 

* He-Man no existe. Aguante Skeletor.