Murguita, llename de carnaval

18-02-2013 / Crónicas
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Cocina de Culturas y el Programa Derecho a la Cultura de la UNC organizaron las fiestas barriales de Bella Vista y Güemes.


Murguita, llename de carnaval

Por Diana Nicodemus | dnicodemus@redaccion351.com

Corso Latido Americano fue el carnaval andino y urbano que se llevó a cabo el 15 y 16 de febrero en el playón al aire libre de Cocina de Culturas. Cada día desde las 20 horas, los presentes tuvieron la oportunidad de disfrutar de diferentes géneros musicales.

El sábado 16, con el calor como comentario principal en cada diálogo, el carnaval empezó. Si uno llega tarde, tan solo una hora tarde, no queda mucho lugar en el playón. La gente rebalsa. No alcanzan las sillas, así que hay personas sentadas en el piso o paradas tomando algo para apagar la sed.

Niños disfrazados, jóvenes y no tan jóvenes esperaban las murgas y a Vivi Pozzebón. El Grupo Orilleros dela Cañada, grupo comunitario de teatro de Bella Vista se encargó de divertir al público entre cada número artístico.

Papel picado, espuma loca y brillantina caracterizó la noche de calor. El escenario, con tormenta de fondo, invitó a los miembros dela Murga de la Amistad de barrio Colón. Con más de 70 años de trayectoria y manteniendo viva la tradición carnavalesca del barrio, los trajes de satén rojo y dorado bailaron y cantaron.

Luego, dieron lugar a la Murga Tunga Tunga, que con tonada cordobesa hicieron bailar al ritmo de las canciones de la Mona Jimenez. Ellos, bajando desde el barrio Güemes dedicaron sus canciones a la Cañada.  Las letras reflejan las peripecias políticas de nuestra ciudad, como el boleto estudiantil y la instalación de Monsanto mezclados con el humor típico de Córdoba.

La identidad de los barrios y la defensa de ésta tuvo su punto culmine cuando, entre la gente, se abrió paso la Murga Los Descontrolados de Alberdi. Con trajes celestes y negros, las letras trasladaron a los presentes al barrio de la Reforma Universitaria y de la Chimenea de la cervecería. No se olvidaron de pedir por la Piojera de Alberdi.

La fiesta siguió. La gente no se dejó abatir por el calor aplastante. La tradición de Córdoba se hizo notar, un fin de semana más en la capital de Córdoba.