» Gracias Cocina de Culturas redaccion 351

Por Rodrigo Pérez | rodrigoperez975@gmail.com

Foto: Santino Arietti.

En estos días, desde que empezó a circular el rumor hasta que se anunció formalmente el cierre de Cocina de Culturas, hemos hecho malabares con la idea. “Tenemos que hacer un programa exclusivamente dedicado a Cocina de Culturas” fue lo primero que tiró Pablo sobre la mesa de trabajo. “Porque sí, porque muchísimos de los eventos de la agenda que difundimos acá se hacen ahí, por la cantidad de conciertos con calidad de sonido e iluminación que hemos tenido la suerte de presenciar en ese lugar. Por lo que Cocina de Culturas representa para Córdoba. Por lo que significa Cocina de Culturas para el arte independiente y para la comunidad de artistas que conforman la escena local”.

Nos hemos ido encontrando con mucha gente querida. También con un texto del querido Alejandro Mareco que oportunamente nos llegó a las manos como una linterna en las penumbras de un contexto laboral y socioeconómico complicado. Las emociones empezaron a migrar desde la tristeza hacia la esperanza. Al fin y al cabo acá en Córdoba venimos curtidos con noticias que al principio caen como un balde de agua helada ¿Cuántos lugares donde se refugió la cultura, por ejemplo, dejaron de formar parte de nuestros circuitos habituales? “Los siete locos”, “La la la” por nombrar sólo un par reductos recientes. Del mismo modo podríamos también mencionar lugares históricos. ¿Y cuántos otros abrieron sus puertas? El tema es que siempre está la posibilidad latente de germinar, de valerse de la grieta para transformar lo adverso y de encontrarle la vuelta de rosca al asunto. Son ciclos y estamos cumpliendo uno de tantos. “No importa lo que vendrá, si hay laberinto hay salida, lo que se fue volverá, en ciclos viaja la vida” nos dice Ramiro González en una de sus obras.

Por eso hablamos en presente. Porque Cocina de Culturas es. Cocina de Culturas existe independientemente de un espacio físico. La idea es real, ya se instaló un modo vital de entender la cultura, un estilo abierto para gestionarla, una postura política clara que tiene que ver con lo barrial, con lo local, con lo que se hace y suena cerca. Realmente creemos que se avanzó muchísimo en ese sentido y que de acá en más, lo que venga, sí o sí va tener potencia transformadora. Seremos perseverantes en el intento permanente de entender las necesidades de una comunidad, seguiremos pensando siempre en cómo hacer para generar mayor participación, mayor movimiento, mayor asistencia de público y mayor inclusión social. Porque la gente que le dio vida y continuidad a esta entidad fue haciendo docencia, llevó a la práctica la teoría, nos ejemplificó el concepto de “agente cultural” demostrando la capacidad de articular en términos de generar, gestar, exigir, informar y ampliar derechos.

Cocina de Culturas escribió parte de la historia del arte independiente, esa historia que vivimos, la que elegimos porque nos gusta, porque nos “cierra”, nos convence, nos convoca, nos conmueve, nos emociona, nos representa, nos hace pensar y nos motiva. Hoy sentimos la necesidad, el impulso de participar, de querer contribuir, de sostener espacios. Nos interesa difundir lo que sucede en lugares como Cocina de Culturas con la única esperanza de compartir lo que tanto nos gusta. Ojalá podamos sumar almas que transiten el arte y la cultura como un camino constante hacia la belleza, que es una de las formas de la felicidad.

Así nació la idea de dedicarle a Cocina de Culturas este programa de redacción 351 radio, el programa nº 27, el último del año 2018. Queremos celebrar, queremos agradecer y queremos homenajear a las personas que hicieron posibles estos siete años y medio ininterrumpidos de trabajo, siete años y medio de gestionar con un sentido social la cultura en Córdoba.

Coincidimos en que la cocina es el corazón de un hogar. La cocina es ese lugar que conserva lo ancestral del fogón. Allí, junto con la comida se comparten saberes y creencias. Así se van moldeando las identidades, las individuales y las colectivas. En la cocina se evidencia el movimiento, el ritmo acompasado de la rutina, la cadencia de lo cotidiano, la armonía de los ciclos diarios y vitales. Cocina de Culturas es el proyecto concretado que encontró el nombre justo. La cocina como el lugar predilecto para la reunión. La transformación de la materia en alimento, para nutrir el alma y para nutrir el cuerpo. Alrededor del fogón todo se transforma en memoria. La memoria nos constituye en pulsos sucesivos como les acontece a las plantas, a las criaturas y al misterioso universo. Desde las músicas, las poesías, las artes y del ejercicio ritual de reconocernos en la alteridad, no podemos dejar de acompasarnos a ese pulso.

Hoy tenemos calma. Por eso hoy celebramos la alegría. Hoy tenemos la suerte inmensa de poder reunimos aquí a construir memoria, a agradecer y a homenajear a la gente que le puso sus cuerpos, mentes y almas a este proyecto luego de intensos años de trabajo. Y el reencuentro sigue en las canciones, en el abrazo, en las palabras limpias, en la lucha, porque vivir es estarse reencontrando.

¡Salud!