La canción compañera

Lucas Heredia y Julián Venegas presentaron «Puentes Invisibles»

29-10-2014 / Crónicas, Crónicas a Destiempo
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Este sábado, los cantautores llegaron a la Sala de las Américas para compartir su puñado de letras y músicas. Fue una noche de aplausos largos. Diálogo de dos seguidores, a modo de crónica.


Lucas Heredia y Julián Venegas presentaron «Puentes Invisibles»

Por | redaccion351@gmail.com

Foto: Jaqui Wietz.

-¿Y todo esto? ¿Es nuevo?

– Es el Parque de las Tejas. Acá estaba la Casa de Gobierno.

– Ahhh claro. Algo había escuchado sí… Ahora está en el edificio ese que parece un panal con reuma no?

– Exactamente. Mañana le pasamos al frente si quiere.

– Mientras no contagie…

– ¡Llegamos Don Poncio!

– Menos mal, ya me estaba jodiendo el ciático… ¿Y este qué necesita?

– Un billete Don Poncio. Nos mira el auto. Yo le doy.

– ¡No Señor! Yo le doy. Ni el peaje me dejó pagar.

– Ta bien.

– Espere que… Oiga, ¿dónde aprendió a estacionar Usted?

– En el campo Don Poncio…

– Me parecía… ¿No quiere dejarlo directamente en el cantero?

– Ah bueno… ¿Lo ayudo a bajarse?

– Qué lindo… Ya le va a tocar… El ciático es cuestión de tiempo.

– ¿Cuánto le dio al Naranjita?

– Qué le importa, no sea laucha.

– Venga venga, es por acá…

– ¡Che qué lindo que está esto! ¿Y esta muestra?

– Siempre hay muestras acá… Mire mire, esa que está ahí es una de las artistas más talentosas que tenemos en Córdoba. Jenny Náger se llama. El que está al lado es Gastón Sironi. Están promocionando la presentación de un disco que se lo voy a conseguir. Es una joya.

-¿Y ellos mismos están pegando los carteles? ¿Le falta estructura a esta gente?

– Lo que le pueda faltar de estructura le recontra sobra de talento y decencia.

– Ya entendí. ¡Y bueno vengamos el miércoles! Yo me vengo en colectivo.

– Me encantaría. Sé que le va a gustar… Espere… Don Poncio, ¿vino o coca?

– Voy a hacer de cuenta que me quiso preguntar tinto o blanco.

– Hay tinto.

– ¡Tinto!

– Tome. Chin chin.

– No le quiero decir una cosa por otra, pero creo que la última vez que vine acá fue para la colación de mi nieta.

– ¿De qué se recibió?

– Psicóloga. Le va bien parece.

– ¿Qué escuela sigue?

– ¿Cómo qué escuela sigue?

– Digo… Freud, Lacan, la Gestalt…

– Garomba.

– Interesante, la quiero conocer.

– ¿A mi nieta?

– No, a esa terapia.

– Ah… Rico ¿eh? ¿Cómo se dice acá cuando está rico el vino?

– Ta ricazo. ¿Otro poco?

– No gracias, ¿quiere que vayamos entrando?

– Claro, vamos.

– ¿No quiere que nos quedemos por acá atrás? A mí me gusta ver la gente también…

– Donde quiera Don Poncio. ¿Por acá?

– Bueno… ¿Qué es ese ruido?

– Deben ser los parlantes. Espero que no molesten.

– Uh… Justo se me sentó uno adelante.

– Es un amigo, no sabe cómo canta. Péguele un tincazo en una oreja a ver si se corre.

– ¿Cómo se llama?

Juan. Bueno pero nos corramos nosotros. Venga más acá…

– Está muy linda esta Sala.

– La verdad que sí. Estamos en hora.

– ¡Ni que lo hubieran escuchado! ¿Quién es el que apareció?

– ¡Gustavo Bustillo! Un poeta de acá.

– Lindo lo que dice. ¿Usted también tiene el disco de Serrat dedicado a Antonio Machado en la sangre?

– En este momento me está subiendo “Retrato” por la safena.

– ¿Vio eso que dijo de que los puentes son invisibles a los ojos pero no a las aurículas, porque son esenciales?

– Es  más o menos lo que conversamos en su casa el otro día ¿no?

– ¡Claro! ¡Ahí están los chicos! ¡Ahí están los chicos!

– ¡Saque la cámara!

– ¡Cierto! ¿Julián es el de remera roja no?

– ¡Correcto! Y Lucas de camisa blanca es raro. Bah, siempre lo vi de remera. ¿Tiene el disco a mano? Digo por si quiere que vayamos siguiendo los temas.

– Tome, tengamé la cámara… Acá está.

– Vamos a ver con qué arrancan. Don Poncio hablemos más despacio que nos van a odiar.

– Tiene razón. ¿Esa es la primera no? “Adentro hay un jardín”

– Escuche los coritos que se hacen. Se ríen encima…

– ¿Qué hermosura “Cántaro” no? Qué voz particular que tiene Julián. Me hace acordar al de un integrante del Cuarteto Zupay…

– ¡El Cuarteto Zupay!

– ¿Se acuerda? Eran unos genios… ¿Por qué tiran tanto humo?

– Es importante el humo en un recital Don Poncio. Hace un efecto misterio…

– Para mí se está prendiendo algo. ¿Esta cuál es? Me parece que no van a seguir el orden del disco.

– Nop. Esta se llama “Detrás”

– ¿Me deja gritar?

– ¡Pero claro Don Poncio!

– Bueno la próxima. ¡Qué lindos tarareos! ¡Esas guitarras del final parecen un caleidoscopio sonoro!

– ¡¡¡Esa!!! ¡Usted es de los míos Don Poncio! A ver qué dice Lucas…

– ¿Dónde dijo que se conocieron?

– En el Encuentro de Cantautores de Alta Gracia. Es un encuentro muy lindo. Fue en el 2011 creo.

– Esta es “ABC”. De Julián.

– A ver présteme…

– ¡¡¡Bravoooo!!!

– ¡Buena Don Poncio!

– Ahh qué alivio…

– Se va a quedar sin voz.

– Esta es muy linda. “Un sueño inmenso” me parece.

– …

– …

– ¿Qué me dice?

– …

– Ya me entró a mariconear Don Poncio.

–  Sshh… La chica que gritó “Buenísimo” desde el pullman gritó por todos.

– ¿Por qué me habla como el Gallo Claudio?

– Basta. ¿Cómo sacan esos sonidos de la guitarra?

– Con un pedal debe ser. Esta es la que Usted me dijo que se parece a “Resumen Porteño”.

– No, esta se llama “Ver y hacerse ver” y es de Julián. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

– Pero Usted le encontró un parecido.

– ¡Parecido no es lo mismo!

– Usted que los ve por primera vez, ¿qué le parece? ¿Tocan mejor de lo que cantan o cantan mejor de lo que tocan?

– No sé qué decirle.

-¡Uhhhhh!

-¿Qué dijo Lucas?

-Que a ver si cocemos esta. Es del disco acústico que Usted me dijo que fue el último que escuchó de Spinetta.

– ¡”Tu nombre sobre mi nombre”!

– ¡¡¡Bravoooo!!!

– Después soy yo el desaforado…

– Acá dieron vuelta el disco. La de recién es “Mercedes” de Julián y ahora “Corre”.

– ¿Vio lo que pasó con las luces?

– ¿Qué pasó?

– Los alumbró de atrás, como que los empujaba. ¡Como la letra de la canción!

– Puede ser, lo que también vi es que cuando quieren se ponen a jugar con la voz y hacen lo que se les canta el quetejedi.

– Es cierto, qué los parió. ¿Por qué no habla Julián?

– No sé. Debe ser de hablar poco. Lucas habla más. Igual está tranquilo hoy. Suele charlar bastante más con la gente… Esta es de Julián. “Álamos de noche”.

– Qué lástima el ruidito del parlante.

– La verdad que molesta un poco, sí… ¿Vio que uno va con el tono principal y el otro cuando quiere le va por arriba o por abajo?

– Sí, bueno, como Usted dijo, hacen lo que quieren… Me están saliendo medias torcidas las fotos.

– ¡Mejor! Son más lindas.

– ¿Eso es un slide?

– ¿Parece no? A Julián le gusta el blues. Le van a dar ese sonido a “Onironauta”.

– ¿Esa “onda” quiere decir?

– ¿Se me hace el pendejo ahora? ¿Qué onda Usted Don Poncio?

– Onda tienen los cosos estos y los peludos que Usted tiene en la remera.

– ¿Escuchó a Lucas? Dijo que en Córdoba la gente es peluda. Somos todos unos peludos.

– ¡Al fin habló Julián! Pasan los años y siempre lo mismo. ¿Vio que los músicos se ponen a hablar cualquier cosa y todo es para afinar? Después se cuelgan con la gente y las guitarras se afinan solas. Son más lindos…

– ¡Cierto! Mire, ese que entró es Nacho Ramia, hermano de Juan. Tiene una banda peluda que se llama “El Mano”.

– “Gente del palo” digamos.

– Basta Don Poncio, prefiero que me hable como viejo choto.

– Usted está más viejo choto que yo qué quiere que le diga.

– A ver, ¿cómo se llama este tema?

“Adela en el carrousel”. García. “Parte de la religión”. Mire, del noventa y pico para atrás, lo llevo como chico a catecismo… Me gusta esta versión con Julián tocando el cajón. Está como acelerada… ¿Qué les gritaron?

– “¡Desafinen un poco!” jaja.

– Me parece que voy a mariconear de nuevo con esta… ¿A quién le habrá escrito “Ojos con barniz”?

– A alguna niña que quiere mucho capaz.

– ¿Cómo que ya se van despidiendo? ¿Qué les gritaron ahora?

-“¡Acordate que somos peludos!”

– Claaa…

– Ahora debe venir la parte de los agradecimientos. Ah, la parte de hablar giladas no puede faltar. Suele ser bastante graciosa.

– ¿Usted se ríe de «Carnicería La Chunchula”? Tengo parientes en Las Varillas que viven a media cuadra del bar “El catarro”.

– Esta es “Bajos elementos” me parece.

– Y esta es “Transparencia” ¿no? También de Julián.

– ¿Usted le prestó atención a esas dos letras? Le vamos a comprar el disco que está afuera, ¿le parece?

– Me parece. ¡Está larga la lista de agradecimientos! ¿Usted conoce alguno?

– A varios sí. Al que filma lo conozco demasiado para mi gusto. ¡Escuche! Están invitando al recital de Jenny Náger!

– ¿Tres veces “tremendísima” no será mucho?

-¿Usted va a venir el miércoles? Después me cuenta.

– Vamos a ver. Esta es la de Lucas que el otro día le dije que patea los genitales ¿no?

“Equilibrio”, sí. Capaz que es la última.

– ¡¡¡Bravoooo!!! ¡¡¡Otraaa!!! ¡Oiga! ¡¿No va a gritar nada?!

– Le juego lo que quiera que después de las monerías y los abrazos y después de que se vayan, van a volver.

– Usted es un pecho frío.

– Shhh… Me estoy preparando.

– ¿Para qué? ¿Qué pasa?

– Siéntese, hágame caso. Si tiene dentadura postiza, muerda fuerte.

– ¡Ahí vuelven! ¿Qué van a hacer?

– No sé, pero agarresé.

– …

– …

– …

– …

– …

– ¿Le gustó?

– …

– No me acuerdo cómo se llama eso que cantaron.

– ¿Cómo? ¿Me está cargando no?

– No me acuerdo Don Poncio qué quiere que le diga…

– ¿Pero Usted se vino con esa remera y me viene a decir ahora que no sabe qué acaban de cantar? ¿Y después va a escribir sobre este recital para el pasquín ese que me contó? Por dios dígame que me está cargando.

– ¡Vaya a pasear Don Poncio!

– Yo me voy donde Usted quiera. Pero Usted sabe muy bien que no es lo mismo escuchar una versión tremenda de un tema conocido que escuchar una versión tremenda de un tema desconocido. Y esta versión a capella de este tema Usted no lo tiene. Lo disfrutó, pero a medias…

– ¡Lo conozco pero no me acuerdo de quién es!

– Pregúntele a algún amigo, yo no se lo voy a decir.

– Bue… ¿Le gustó el recital?

– Mire, aunque me odie y se rompa los cuernos tres días y termine preguntando para enterarse de “Because”, le estoy eternamente agradecido por todo esto. Se habrá dado cuenta de que la emoción sólo requiere de dos tipos con sus guitarras en un escenario…

– Pero claro Don Poncio. Siempre fue así… ¿Vamos a comer? Me muero por unas empanadas de un loquito que está loco. Hace empanadas de molleja.

– Vamos. Pero antes baja la cabeza y le pide perdón a los cuatro peludos de la remera. Al de anteojitos redondos sobre todo.