Tratado de Pax, a 30 años de Malvinas

2-04-2012 / Política y Sociedad
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El escritor Osvaldo Bayer junto los músicos Blas Rivera, David Chew y Fernando Goicochea ofrecieron un espectáculo para recordar la guerra de Malvinas.


Tratado de Pax, a 30 años de Malvinas

Por | freartes@redaccion351.com

Fotos de Constanza Juan

Video de Esteban Torino | etorino@redaccion351.com

El espectáculo dio comienzo a las 21 horas, ante la presencia de alrededor de 800 personas que aplaudieron efusivamente la aparición de Osvaldo Bayer. Luego de una presentación, el escritor puso en palabras, quizá las mas precisas posibles, los motivos por los que estaba allí: “La paz y el arte, eso es lo que vinimos a gozar hoy, por sobre la guerra”, dijo.

Entonces, el historiador comenzó a dar lectura a sus propios escritos, realizando un recorrido literario, histórico y emotivo, basado en el informe “Rattenbach: Malvinas; la verdad que duele”. Comenzó por el golpe de estado del ’76, habló de “la muerte uniformada” y de los días más nefastos de nuestra historia, con lo magistral de quien escribe y sabe hacerlo.

Luego siguió -cronológicamente- con la Guerra de Malvinas, y leyó sobre los 657 muertos, aquellos a quien él llamó “soldaditos de Malvinas”, habló del hambre, del horror vivido, de los que no están y de los que sobrevivieron y hoy no tienen más que vivir con los recuerdos.

“Recordar Malvinas pero con el arte, con la música”, expresó Bayer y dio lugar para que se presentaran los tres músicos que harían de aquella una noche intensa. Y comenzó la música y a disfrutar el auditorio de los mágicos sonidos que despedían aquel saxofón, aquel cello y aquel piano en manos de “un argentino, un inglés y un latinoamericano”, como nos había anticipado el escritor.

El saxofonista –cordobés- explicó que la idea de “Tratado de Pax” había surgido en Río de Janeiro cuando, junto al inglés, se encontraban de gira . Habló de la relación que los unía hace más de una década y de las experiencias que a lo largo de los años había vivido.

Así fueron pasando por los oídos de los presentes diferentes temas musicales, algunos con presentación incluida, como “Canción para conquistar a la bailarina” de Blas Rivera, el “Ave María” de Astor Piazzolla, el tango “Niebla en el Ricachuelo” también de autoría del cordobés y la “Milonga sudaca” que, según confesó Rivera, cansado de que lo llamaran sudaca en Madrid “la hice pa’ que tengan”. Además, sonaron otras obras cuyos nombres no fueron dichos.

Durante la hora que duró el concierto, la música, como lo anticipara Osvaldo Bayer, se balanceó en un vaivén entre Inglaterra y Argentina, entre Lennon y Gardel, ente McCartney y Piazzolla.

Casi en el cierre de la presentación reapareció Bayer, quien había dejado el lugar para cedérselo a los músicos, y los aplausos fueron calurosos y ensordecedores. Contó una historia acerca de un hombre que lo había llamado loco, dando así el pie para que comenzara a sonar “Balada para un loco” en honor a este hombre, gran escritor e historiador, quien terminó siendo aplaudido y de pie por todos los que tuvieron el placer de oírlo aquella noche.