Por María Bergero

Para abordar la agroecología es fundamental comprender en qué consisten los procesos de producción agropecuaria desarrollado en nuestro país. Como sostiene Miryam K. de Gorban en su libro Seguridad y Soberanía Alimentaria: “a partir de 1996, con el apogeo del neoliberalismo en nuestro país, se dio lugar a la apertura de la agriculturización, al desarrollo de la patria ‘sojera’, a la introducción de semillas transgénicas, a la extranjerización y concentración de lo mejor de nuestras tierras cultivables, al desarrollo inusitado de los agronegocios y de la agroexportación”.

La profundización de este modelo, llevada adelante durante la década kirchnerista, trajo la reducción de la producción campesina. Esta última se caracteriza por utilizar procedimientos tradicionales y contribuir con el cuidado de los recursos naturales y con la sustentabilidad del sistema. No obstante, a la par del crecimiento biotecnológico y de la agro producción, surgieron voces en defensa de la soberanía alimentaria, la producción sustentable y la lucha en contra del uso de agrotóxicos – los cuales presentan demostrados efectos nocivos para la salud humana y medioambiental -.

En este sentido, afortunadamente es posible distinguir numerosos proyectos que dan cuenta de esta lucha, desigual pero constante, que se desarrolla en distintos lugares del país. Es importante destacar la diferencia existente entre dos conceptos que, muchas veces, se utilizan como sinónimos, pero que hacen referencia a procesos diferentes: la producción orgánica y la agroecológica.

En el caso de la primera, se entiende por aquel proceso de producción agropecuaria o agroindustrial en el que no se utilizan sustancias proscriptas por la legislación vigente. Se trata, por lo tanto, de un tipo de producción libre de tóxicos que puedan afectar la salud de los/as consumidores/as.

La producción agroecológica, en cambio, constituye un modelo más amplio, planteado desde la óptica de la propia comunidad, no del mercado. Corresponde a una mirada integral sobre el ecosistema, mediante la diversificación de los cultivos, el no uso de agroquímicos, y el enriquecimiento de los suelos.

Por lo tanto, puede decirse que los alimentos agroecológicos son orgánicos, pero los productos orgánicos no siempre se obtienen de la producción agroecológica. En este sentido, es importante resaltar que la agroecología apunta a un tipo de producción solidaria, cooperativa y socialmente responsable.

En Córdoba, desde finales del año 2013 se viene desarrollando la Feria Agroecológica que funciona el segundo y el cuarto fin de semana de cada mes. En esta feria, organizada por una mesa interdisciplinaria de trabajo, se ofrecen alimentos cultivados bajo la concepción de la agroecología, pero también otros productos elaborados, como pastas secas, yerba, dulces, semillas, miel o plantines.

La próxima Feria Agroecológica será el sábado 26 de julio desde las 9 hasta las 14 horas. Los puestos estarán instalados en el «bosquecito» de Ciudad Universitaria. No dejes de acercarte.