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Juicio Menéndez III: tras 37 años de lucha, declaró Sonia Torres

5-03-2013 / Política y Sociedad
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La titular de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba declaró por primera vez en un juicio por crímenes de Lesa Humanidad. María Teresa Sánchez y Adriana Ochoa completaron el inicio de la instancia testimonial.


Juicio Menéndez III: tras 37 años de lucha, declaró Sonia Torres

Por | nsiadis@redaccion351.com

Fotografía: Gentileza Manuel Bomheker y el Diario del Juicio

En el inicio de la audiencia, el tribunal resolvió los pedidos de apartamiento por razones médicas de tres imputados . En relación a los imputados Jorge Omar Heredia e Italo Cesar Pasquini, “se resuelve apartarlos del presente proceso por incapacidad sobreviniente. Asimismo, el tribunal puede disponer una nueva junta médica transcurridos 6 meses para comprobar el estado de salud de los dos imputados”, informó el tribunal.

En caso de que las nuevas pericias muestren aptitud médica, ambos imputados pueden ser reintegrados al proceso. Por otro lado, no se hizo lugar al pedido de apartamiento del imputado Hugo Cayetano Britos.

La palabra de los testigos

María Teresa Sánchez

La instancia testimonial comenzó con la declaración de María Teresa Sánchez, representante de la querella de Sonia Torres. La testigo, que estaba embarazada al momento de ser secuestrada, reconoció a Luciano Benjamín Menéndez como Jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, y a varios imputados pertenecientes al Departamento de Inteligencia D2, a los que pudo ver mientras estuvo detenida.

Los imputados reconocidos fueron: Miguel Ángel Gómez, Mirta Graciela Antón, Alberto Luis Lucero y Calixto Luis Flores.

Sánchez fue secuestrada de su domicilio el 24 de febrero de 1976 y trasladada al Departamento de Inteligencia D2. “Entraron a mi casa como vándalos, revolvieron todas las habitaciones y me preguntaron por mi esposo, luego me golpearon y tiraron en la parte de atrás de un auto”, recordó.

La testigo relató que durante su estadía en el D2 le apuntaban con un arma en la panza y la golpeaban en la cabeza. Su marido también estuvo detenido en aquella dependencia en ese momento. Permaneció cuatro días en el Departamento de Inteligencia  y posteriormente fue trasladada a la Unidad Penitenciaria Nº1.

“En ese lugar escuché cómo llegaban con gente continuamente y escuché los gritos de los torturados”, recordó Sánchez.

Tras años de lucha, el momento más esperado

La segunda testigo de la jornada fue Sonia Torres, titular de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba. Sonia se presenta en el juicio como querellante por el secuestro y muerte de su hija, Silvina Parodi, y por la búsqueda inclaudicable de su nieto nacido en cautiverio.

El día 26 de marzo de 1976, un grupo de personas se hizo presente en el domicilio de Silvina Parodi y, luego de golpear terriblemente a ella y a su esposo Daniel Orozco, los detuvieron. “Mi hija era estudiante de Ciencias Económicas y al momento de ser detenida estaba embarazada de 6 meses y medio”, recordó la testigo.

“En aquel momento, la policía era dueña de la vida y de la muerte de todos los cordobeses”, señaló Torres.

Silvina Parodi
Desde aquel momento, Sonia y su familia comenzaron las gestiones para dar con el paradero de Silvina, Francisco y su nieto. Luego de muchas idas y vueltas e informaciones cruzadas, tomaron conocimiento de que su hija había estado alojada en la Casa Cuna, donde habría dado a luz a un varón.

Una monja llamada Asunción Medrano que trabajaba en la Casa Cuna, le informó que su hija había sido trasladada a la cárcel del Buen Pastor junto a su hijo recién nacido. En ese momento, Sonia se puso en contacto con el doctor Agrelo, ex director de la Casa Cuna, para pedirle ayuda.

Agrelo logró visitar en dos oportunidades a Parodi en la cárcel del Buen Pastor, donde se encontraba detenida.  Luego, al querer visitarla en una tercera oportunidad, Silvina ya no estaba alojada allí y nunca más se supo nada de ella ni de su hijo recién nacido.

“Quiero decirte nieto querido, si me estás escuchando, que vengas a nosotros. Te estoy esperando desde que estabas en la panza de tu madre. Quiero devolverte la identidad para hacer honor a la lucha de mis hijos, que simplemente peleaban por construir una Córdoba más justa. Te quiero encontrar antes de partir, para reivindicar la lucha de tus padres”, expresó Sonia Torres.

La testigo narró que hace 37 años que busca a su nieto y que al principio las Abuelas eran terriblemente discriminadas, ya que las consideraban madres de los subversivos. Torres sostuvo: “hoy ya no estamos solas, sobrevivimos para pedir memoria, verdad y justicia, que son los pilares con los que comenzó Abuelas de Plaza de Mayo y lo seguimos sosteniendo”.

Por último, la Abuela de Plaza de Mayo pidió a los imputados un acto de “terrible humanidad” para que digan a qué familia entregaron a los nietos apropiados y en qué lugar enterraron a sus hijos.

 El último testimonio de la jornada

Hugo Ochoa
La última testigo de la jornada fue Adriana Ochoa, hija de Hugo Estanislao Ochoa. Hugo trabajaba en el Ministerio de Bienestar Social y era delegado del Sindicato de Empleados Públicos (SEP). Hugo fue detenido en su casa en noviembre de 1975.

Luego de su detención, la familia no supo más nada de Ochoa. En el año 2003, el Equipo Argentino de Antropología Forense comenzó los trabajos de exhumación de restos en las fosas comunes encontradas en el Cementerio de San Vicente.

En ese momento, los Ochoa se acercaron para brindar toda la ayuda necesaria. Fue así como en el año 2005, Adriana y su familia recibieron la noticia de que los restos de su padre habían sido encontrados en las fosas de dicho cementerio.

“Fue muy importante encontrarlo, porque es como armar su historia. Él estaba desaparecido y pudimos saber qué le pasó, por qué estaba ahí”, expresó Adriana.

Con la declaración de Adriana Ochoa se cerró el primer día de testimonios. Está previsto que en la audiencia del martes 6 de marzo brinden declaración tres testigos más.