Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com
Fotografía: Gentileza el Diario del Juicio
En la continuidad del juicio por la Megacausa La Perla, la testigo Teresa Meschiati siguió brindando testimonio. Teresa fue la última sobreviviente en abandonar el campo de concentración, a finales de 1978.
El abogado querellante Claudio Orosz interrogó a la testigo sobre los detalles de su secuestro. “Los que me secuestraron fueron Barreiro, Acosta, López, Romero, Lardone y un tal ‘Yankie’. Y a todos ellos los seguí viendo en La Perla”, afirmó la testigo.
Otro de los puntos indagados por la querella fueron las condiciones de detención y cautiverio de Meschiati. Esto responde a que la estrategia de los imputados fue señalar a muchos sobrevivientes como colaboradores que estaban en La Perla por su propia voluntad. Ante esto, la testigo describió que todos los secuestrados eran torturados, vivían vendados y dormían en el suelo.
“Los únicos movimientos que podíamos hacer eran siempre dentro de «la cuadra», muy pocas veces nos sacaron al patio, al sol. Jamás hicimos nada por propia voluntad o decisión. Todos fuimos víctimas de los militares”, relató Teresa. Además aseguró que cada movimiento de los detenidos era dispuesto y vigilado por los militares que dirigían el campo de concentración.
Sobre las salidas esporádicas o de fines de semana durante 1977, Meschiati afirmó que siempre eran dispuestas por personal militar. “Cuando empezamos a hacer salidas esporádicas nos llevaba un militar, nos dejaba y nos iba a buscar. Siempre amenazados de muerte si intentábamos escapar”, relató.
Continuando con su declaración, y ante las preguntas de la fiscalía y querella, Teresa fue recordando a todos y cada uno de los detenidos desaparecidos que compartieron cautiverio con ella.
La frialdad de los números se diluye cuando a cada desaparecido se le pone un nombre. Detrás de cada nombre hay una historia y una tragedia. Cientos de detenidos estuvieron secuestrados en La Perla y la mayoría corrió el mismo destino: torturas, vejaciones y traslados que terminaron en fusilamientos. Los testimonios de los sobrevivientes son piezas fundamentales para armar el rompecabezas del genocidio perpetrado por la última dictadura cívico-militar.
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