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Juicio Menéndez III: el vecino de La Perla que vio todo

27-03-2013 / Política y Sociedad
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Contundentes declaraciones de un testigo que vivía a pocos metros del Centro Clandestino. Por su trabajo en el campo pudo ver numerosos fusilamientos y cientos de fosas repletas de cadáveres humanos.


Juicio Menéndez III: el vecino de La Perla que vio todo

Por | nsiadis@redaccion351.com

Fotografía: Gentileza Telam

En el año 1976, José Julián Solanille vivía en un campo aledaño al predio de La Perla y trabajaba con animales para el señor Saldivia, dueño del campo.

El testigo comenzó su declaración dibujando un mapa del lugar en el que vivía y relató todas y cada una de las terribles situaciones que presenció. Una noche, Solanille se dirigía a hacer el tambo como a las 4 de la mañana y vio que “los señores Acosta, Manzanelli y Barreiro participaron de una fiesta en el campo. Vi cómo maltrataban a varias chicas que deben haber estado detenidas. Esas chicas gritaban mucho y yo las escuchaba mientras hacía el tambo”.

En otra oportunidad, el testigo llevaba a pastar a sus animales y pasó cerca del edificio de La Perla. Ahí pudo ver a muchos jóvenes vendados y atados que estaban al sol y junto a ellos había un nene de aproximadamente 4 años. “Yo veía pasar los camiones y nos dimos cuenta enseguida de que mataban gente”, recordó.

Solanille continuo dibujando un mapa en el que graficaba su casa y el recorrido hasta llegar a La Perla. También relató la entrada y salida de camiones que siempre llegaban desde Córdoba.  Mostró en el dibujo que todos los camiones salían por detrás de La Perla y se dirigían campo adentro, hacia el lado de las vías.

Cadáveres y fosas comunes

El testigo narró que pasando una loma que estaba cerca de su casa vio la primera gran fosa cavada a mano. Recordó que empezaron a cavar por todos lados y que eran pocos los pozos que no llegaban al metro de profundidad.

“A la fosa grande tiraron cualquier cantidad de cristianos y la prendieron fuego, había olores de toda clase. Conté alrededor de 200 fosas en todo el predio”.

Solanille relató que a esas fosas llegaban los camiones, se ponían de culata y tiraban “bolsas” adentro. Al acercarse al lugar de las fosas, encontró colillas de cigarrillos, latas de gaseosas y casquillos de bala.

El primer hecho revelador que relató el testigo fue un episodio que vivió en el campo cuando uno de sus animales cayó dentro de un pozo de agua. En ese momento buscó ayuda para poder rescatar el animal, hicieron un malacate y colocaron espejos para poder ver el interior del pozo. “Cuando empezamos a levantar el ternero salía un olor terrible y vimos muchos cadáveres, piernas y cabezas humanas”, expresó.

A partir de ese momento su contacto con la muerte fue permanente. La parte más escalofriante del relato hizo referencia a los restos de cuerpos. “Yo tenía una perrita que me seguía por el campo. Un día empezó a cavar y a sacar restos de personas de abajo de la tierra. Me traía a casa huesos de humanos, brazos y cabezas muy pequeñas, de niños. Esos huesitos los enterré cerca de las vías”, recordó.

Los fusilamientos

El predio de La Perla es muy grande y según el testigo las fosas estaban repartidas por todos lados. En una zona de lomas llamada El Torito, Solanille presenció el primer fusilamiento escondido tras una loma. “Un día fuimos hasta ahí con otro hombre. Cuando llegamos había varios camiones cercanos a las fosas. Ahí vimos un montón de gente y dos filas de personas encapuchadas y con las manos atadas en la espalda. Los fusilaron a todos”, relató.

“Yo presencié más de 200 fusilamientos en el campo, algunas personas estaban atadas, otras desnudas y vendadas. Les disparaban y caían en las fosas. En una oportunidad lo vi a Menéndez ordenando un fusilamiento”.

Otro hecho terrible que recuerda el testigo fue la presencia de un helicóptero en La Perla. Comentó que le llamó mucho la atención porque nunca había visto ninguno sobrevolando el lugar. Solanille estaba caminando por el campo y escuchó pasar el helicóptero por encima de él, en ese momento vio que desde la nave arrojaban dos bultos. “Cuando me acerqué eran dos cuerpos de mujeres muertas”, expresó.

El relato continuó haciendo referencia a las fosas y lugares donde había visto cadáveres y respondiendo a preguntas de las partes. Finalmente, comentó que en el año 1979, un vecino de la zona le contó que los militares habían removido toda la tierra y desenterrado los cuerpos. “Los cargaron a todos en camiones y se los llevaron para que nunca encuentren nada en ese lugar”, concluyó.

El testimonio no solo fue contundente sino esclarecedor, Solanille es el primer testigo que narró los fusilamientos. Gracias a él se puede saber cuál era el destino de lo que los sobrevivientes de La Perla denominaron “traslados”. Fue testigo presencial de los hechos, vio a personal militar asesinando detenidos y arrojándolos a fosas comunes. Vio a Menéndez participando de un fusilamiento.

Se acabaron las dudas y las conjeturas de las defensas. A los detenidos desaparecidos del campo de concentración La Perla los torturaron, fusilaron y arrojaron a fosas comunes. Esa fue la metodología que implementó el Terrorismo de Estado en Córdoba.