Alegría Ahora

59. Invencible

22-08-2023 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
Etiquetas: ,

Hoy llegué temprano y ya estaban casi todxs. Había miradas cómplices. Risas. «Yo te llevo el mate seño» me dijo Dorita y me cerró el paso a la cocina.


59. Invencible

En el espacio de historias rescatadas en torno a la Escuela de Amor Político Alegría Ahora, un recuerdo de celebración, en palabras de una de sus imprescindibles.

59. Invencible

Guadalupe Gómez, viernes 8 de noviembre de 2019.

Hoy probé la torta más rica del mundo. Bizcochuelo de vainilla y chocolate. Dulce de leche. Crema espumosa batida a mano. Confites de todos los colores.

Ayer Mónica Lungo hizo un posteo desesperado, después de haber tenido en brazos y alimentado a un bebé con hambre. Hambre.

Una mamá y tres niñxs que llevaban tres días sin comer.

La realidad de lxs estudiantes de Alegría Ahora. La de tantxs en los barrios y en las villas. Arrasadxs por este sistema perverso que quita los derechos humanos básicos: Alimento, Salud, Educación.

Y sobre todo, nos quita lo más hermoso que tenemos como humanidad: la capacidad de ver y sentir al otrx.

Hoy llegué temprano y ya estaban casi todxs. Había miradas cómplices. Risas. «Yo te llevo el mate seño» me dijo Dorita y me cerró el paso a la cocina.

Cantaron. Karen. Su voz subiendo como un río oscuro y cada vez más caudaloso.

María. Su emoción.

Cuando todas las voces se alzan en un rezo que afirma «¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón…» hay una ráfaga de dolor y dulzura.

Un perfume a frutas. Un silencio profundo en el corazón de la música.

Me dicen que tienen una sorpresa. Que lo busque a Teo (que a esa hora sale del jardín) y vuelva con él.

Después es la cara de Davor. Sus ojos grandes y hermosos atrás de una torta redonda de dulce de leche.

Brenda y la crema batida. Me cantan. Me abrazan. Me entero que ayer ella pidió huevos y harina. Que no tiene horno. Que hoy llegaron más temprano para que yo no viera lo que preparaban.

Todxs tienen hambre. Sus hijxs. Sus nietxs. Ni siquiera puedo imaginarlo. Mi hijo tuvo en brazos hoy al bebé que ayer llegó en un estado delicadísimo a la escuela.

Hoy ese bebé ya conoce canciones. Ya conoce más abrazos. Y aunque el fantasma del hambre y el horror lo acechan, ese bebé conoce, al segundo día de entrar en la escuela, cómo en medio de la guerra el amor estalla con la obstinación de una flor bella y perfumada que pende en el abismo.

Pero se sujeta. Invencible.