Las cicatrices de quienes jamas conocieron la Justicia.

Como medida de reclamo, de protesta, los adolescentes en las comisarias y correccionales se cortan los brazos con lo que tienen cerca…

Así piden alimentos, un medico, que sus asesores letrados (que es muy bien pagado por nosotros, ciudadanos argentinos) los atiendan, los defiendan, porque ese es su trabajo… Y además es su derecho en una sociedad democrática.

Esas marcas, que llevan toda la vida, son las visibles.

Las marcas que llevan en el corazón las vemos quienes compartimos la vida con ellos… Y créanme, se sienten más, duelen más y son mucho más difíciles de curar.

Dependerá de nosotros como pueblo curarlos, abrazarlos, proponerles concretamente que vivan otras partes de la vida…

Por eso volvemos a invitar que lean la Ley de Reforma Judicial, sin intermediarios, que cada uno la lea sin prejuicios, con honestidad. No podemos permitirnos seguir aceptando que a nuestros hermanos, por ser pobres, los traten como basura.

Estas marcas… Malditas marcas, desde Alegría Ahora gritamos que se curan entre todos, con amor político, todos los días, siempre.