Alegría ahora

5. Cicatrices

26-07-2022 / Alegría Ahora, Política y Sociedad
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Entre las incontables historias que la escuela de amor político ha visibilizado a lo largo de sus más de 20 años de vida, compartimos la de Iván. Uno de tantos que ya no están.


5. Cicatrices

En la quinta semana de este espacio destinado a compartir vivencias en torno a la Escuela Alegría Ahora, el recuerdo de Iván, una de las tantas vidas que se fueron. 

5. Cicatrices

Mónica Lungo, martes 14 de mayo de 2013.

¿Recuerdan estas cicatrices?

Quienes estamos en contacto con estas situaciones de violación sistemática de derechos, sabemos que es común que los chicos se corten, desesperados, porque las cárceles, los institutos correccionales, son lugares de olvido, donde los que mandan hacen de sus cuerpos y de sus cabezas lo que quieren.

Estas torturas son vividas desde la infancia. Cuando llegan a los 18, 20 años a la cárcel de mayores, están quebradísimos, ya no soportan más tanto dolor.

Como Iván, de 22 años, que ayer se ahorcó en su celda de la cárcel de San Martín, luego de sufrir hostigamientos constantes.

Iván, estuvo mil veces esposado cuando era niño, igual al que vimos por canal 10.

Iván esperó toda la vida que un juez se ocupara de que recibiera terapia, apoyo a su mamá para poder cuidarlo.

Solo recibió golpes, exclusión, hambre de alimentos y de todo lo lindo que hay en la vida.

Iván tenía una beba de dos meses.

Ayer a la noche un penitenciario se acercó a la puerta del pabellón y les dijo: «Che consigan una ropa más o menos piola para vestirlo.»

¿Cuándo vamos a decir basta a tanta barbarie?

Nos parece buenísimo la movida que estamos viviendo, este comienzo de democratizar la justicia, de controlar que se cumplan las leyes, los convenios internacionales…

Mientras se produce, mientras tanto, las situaciones gravísimas de violación de derechos continúa.

En Córdoba no tenemos ningún mecanismo real donde denunciar, donde pedir protección, nada de nada.

Estas cicatrices no son sólo de quienes se lastimaron para reclamar sus derechos.

Las llevamos como Humanidad y todavía no nos damos cuenta.